La menopausia o climaterio en la mujer, es una etapa que se caracteriza por el
cese de la menstruación, causada por la disminución de la secreción de hormonas
que la provocan. Esta carencia genera que los ovarios no liberen más óvulos, por
lo que la mujer pierde la capacidad de fertilidad. Es totalmente variable la
edad en que se produzca esta situación, siendo el promedio los 50 años.
Desde el punto de vista psicológico, esta etapa evolutiva femenina , puede ser
atravesada de distintas maneras, casi tantas como mujeres existen. Cada una
vivirá la misma, como una condena o una liberación, de acuerdo a la
predeterminación sociocultural en la que halle inmersa. Estamos hablando de la
historia personal, de la educación recibida y de la relación que cada mujer
tenga con su propia sexualidad.
El síndrome del nido vacío
La situación conocida como el “síndrome del nido vacío”, podríamos describirla
como el cúmulo de sentimientos de abandono y dolor que generan el vacío que
producen los hijos, cuando éstos se alejan del hogar. Es una conflictiva que
culturalmente afecta más a la mujer que al hombre, ya que la relación con los
hijos es más estrecha entre aquellos y la madre.
Psicológicamente tiene varios aspectos interesantes a considerar. En primer
lugar, es una pérdida, y por lo tanto una situación de duelo para elaborar.
Realmente se produce un vacío, ya no hay de quien ocuparse de la manera que
se lo hacía, puesto que la independencia de los hijos hace que ya no dependan de
sus padres o lo hagan de manera diferente. Y muchas mujeres, que han centrado
toda su actividad en la función maternal, se sienten inútiles y terminadas; a
veces intentan inconscientemente prolongar este estado de dependencia para no
vivenciar esta sensación. Son las que nunca creen que sus hijos están lo
suficientemente crecidos como para volar del nido.
El otro aspecto a considerar en esta etapa, es la elaboración del duelo por la
posibilidad de volver a ser madre. En realidad, es el unico duelo importante
en esta etapa. La mujer ya no podrá tener hijos. Lo que sorprende del relato de
algunas pacientes en psicoterapia, es que aún las que ya no desean tener hijos,
viven esta etapa como una muerte. Distinta es la situación de aquella que no los
han tenido o ha tenido menos que los deseados. En éstas ultimas, el duelo es más
difícil de elaborar. Pero tanto en una como en otra, el sentimiento suele ser
similar.
En aquellas con la maternidad satisfecha, en realidad hay un desplazamiento del
sentimiento de muerte, del esquema corporal hacia la maternidad. Lo que ocurre
es que temen o no quieren envejecer; la fantasía es que mientras se tenga la
posibilidad de engendrar, se es joven. Nuestra cultura no ayuda a elaborar
adecuadamente esta fantasía ya que idolatramos la belleza y la juventud , y
desvalorizamos la madurez y la vejez. Las arrugas, las canas, la piel ya no tan
firme, el cuerpo que se afloja, algunos dolores y molestias que anuncian el
envejecimiento, son fenómenos que hay que ocultar y ocultarse a toda costa. El
utilizar todos los recursos de la ciencia para retrasar ilusoriamente el paso
del tempo ( cirugías estéticas, gimnasia, cosmetología , etc) puede
transformarse en una verdadera obsesión y encubrir el conflicto latente. Pero es
importante destacar la importancia de todos estos recursos para mejorar la
calidad de vida, especialmente lo que tiene que ver con la actividad física.
Algunas mujeres entran en fuertes situaciones de competencia con sus propias
hijas, ya que habitualmente, éstas se encuentran atravesando una etapa
floreciente juvenil o adolescente. En estos casos, el mecanismo inconsciente es
el de mantenerlas aniñadas, ya que la fantasía es “si ella no crece, yo no
envejezco”.
También hay casos en los que después de un divorcio, la nueva pareja elegida es
una persona más joven, que la hace sentir valorizada y que puede responder a
mayores demandas en lo afectivo- sexual.
La mayoría de los autores coinciden en asegurar que las mujeres con intereses
limitados verán derrumbarse el campo de sus actividades, por todo lo expuesto.
Algunas tendrán conductas de hipocondría ( inventar enfermedades como un recurso
inconsciente para llamar la atención) o de somatización por el mismo motivo. Las
respuestas emocionales ante el síndrome del nido vacío pueden ser: la depresión,
la angustia, la irritabilidad , y las alteraciones del sueño.
En cambio, es probable que aquellas con intereses múltiples, vivirán esta etapa
de la menopausia casi sin conflictos, y que se sientan aliviadas. Siendo menor
el tiempo y la energía que dedican ahora a los hijos, la independencia de éstos
las libera de obligaciones y tal vez sientan por primera vez en su vida de
casadas, que recuperan ese tiempo y esa energía para dedicarlos a sí misma, a su
pareja, y a sus actividades individuales o sociales. Suele ocurrir que, ante esa
nueva sensación de libertad, y por tener la suficiente flexibilidad para
adaptarse a los cambios, adquieran nuevos intereses, nuevas amistades, tal vez
un nuevo trabajo, una carrera o hobby postergado que le ayudarán para darle un
nuevo sentido a su vida.
La Sexualidad en esta etapa
Afortunadamente la creencia de que el amor y la sexualidad son patrimonio
exclusivo de la juventud, ya está quedando atrás. Los estudios realizados en
Sexología demuestran que no existe un cese de la sexualidad en el climaterio,
especialmente en el caso de la mujer. Muy por el contrario, es en esta etapa
donde las ventajas son para ella, ya que el hombre puede ver declinar su
potencia erectiva por el proceso de envejecimiento que no afecta la capacidad de
goce de la mujer, sino todo lo contrario.
Se puede presentar alguna dificultad por la disminución del nivel estrogénico,
lo que puede causar sequedad vaginal ( dificultando el coito ). En algunas
mujeres se manifiesta una disminución del deseo sexual, por la misma causa. En
ambos casos, el tratamiento de terapia hormonal de reemplazo soluciona estas
dificultades, como lo demuestra un estudio realizado en la Universidad de
Guadalajara. En esta experiencia se informa que las mujeres que reciben este
tratamiento presentan una mejor vivencia sexual, manifiestan sentir más placer y
tener más libido que aquellas que no lo han recibido.
Algunas mujeres menopáusicas manifiestan sentir mayor placer o ver incrementada
su líbido a niveles superiores que antes de la misma. En estos casos, suele
ocurrir que habiendo desaparecido el miedo a un embarazo, las relaciones
sexuales son vividas con mayor libertad. Otro factor que incide en este fenómeno
es que a medida que transcurre el tiempo, muchas mujeres manifiestan sentirse
más dueñas de su goce porque van perdiendo los prejuicios con los que han sido
educadas.
La partida de los hijos en otros casos tiene un efecto afrodisíaco, ya que los
lazos de la pareja se consolidan al sentirse más dueños de su tiempo y del
espacio físico. En estas situaciones, es habitual que se incrementen los
reecuentros en mayor cantidad de salidas o viajes de placer.
No es extraño tampoco que algunas mujeres en esta época tengan por primera vez
un amante, como una manera de probarse a sí mismas que continúan siendo
atractivas y deseables. También hay casos en los que después de un divorcio, la
nueva pareja elegida es una persona más joven, que la hace sentir valorizada y
que puede responder a las mayores demandas en lo afectivo- sexual.
Para finalizar, me parece importante comunicar una experiencia constante
observada en el tratamiento de mujeres en psicoterapia, refrendada por muchos
colegas: todas las mujeres que han tenido conflictos con la sexualidad en etapas
anteriores, o con sus vínculos psicoafectivos, serán las que presenten todos o
algunos de los síntomas mencionados . En estos casos, además de la Terapia
Hormonal de Reemplazo, que restablece los niveles deficitarios de estrógenos, se
aconseja el apoyo psicológico capaz de reestablecer también un equilibrio
saludable.
En cambio aquellas mujeres , que han vivido sin conflictos su sexualidad, con
naturalidad , que se sienten plenas, sin traumas ni perturbaciones, atraviesan
esta etapa del desarrollo con una capacidad de adaptación que les va a permitir
seguir disfrutando de la misma, e inclusive enriqueciendo la misma en calidad.
Fuente:
Sexualizando