El especialista Alex Osborn señala que
ciertas preguntas pueden ser la base para desarrollar ideas. Si bien cita varios
ejemplos de esto, existen seis preguntas claves y principales que podrían ser
el punto de partida de muchas otras. Veámoslas:
1. ¿Por qué es necesario?
2. ¿Dónde se debería hacer?
3. ¿Cuándo se debería hacer?
4. ¿Quién lo debería hacer?
5. ¿Qué se debería hacer?
6. ¿Cómo se debería hacer?
A este serie, le podríamos agregar la
pregunta ¿Qué otros usos?, que podría ser muy útil para ir agregando
alternativas de ideas que puedan incorporar valor a las ya desarrolladas.
Cuantas más alternativas tenga sobre los
modos de encarar algo, mayores probabilidades existirán que se encienda la
lamparita. En este sentido, también se podrían utilizar las siguientes
preguntas:
1. ¿Se adapta?
2. ¿Lo modifica?
3. ¿Lo Substituye?
4. ¿Lo aumenta o lo lleva al máximo?
5. ¿Lo aminora o lo elimina?
6. ¿Lo repara?
7. ¿Lo invierte?
8. ¿Combina?
Como
regla mnemotécnica para recordar las preguntas que siempre debe hacer, puede
usar la palabra SCAMCEI (Sustituir, Combinar, Adaptar, Modificar, Cambiar de
uso, Eliminar, Invertir).