Las personas cuyos nombres comienzan con A, podrían no ser especialmente románticas, pero sin dudas son gente definitivamente interesada en tomar parte de alguna clase de acción. Posiblemente, no sean de lo mejor para administrar los negocios, lo cual les causa más de una dificultad.
Tienen poca paciencia para el coqueteo y la seducción, y no entiende mucho a la gente tímida, recatada, y sutil, a la que suelen tratar de sacar de su cerrazón. Son, básicamente, una clase de persona abierta y directa, por lo que es improbable que sean capaces de entender y reconocer las insinuaciones, algo que pocas veces habrán hecho.
Es importante para ellos tener un compañero físicamente atractivo. La pasión llega a sus vidas tan naturalmente como la aventura. Si comienzan a poner la vista en una persona, se abocan de gran manera al intento de seducirla, disfrutando de cada momento de éxito en la conquista.
En el lado negativo, tienden a estar demasiados pendientes del aspecto físico. Asimismo tienden, aunque sólo a veces, a ser muy egoístas y poco sensibles. Ellos y sus necesidades vienen primero, y los demás y sus sentimientos quedan en un segundo lugar. Sus elecciones no son muy buenas y a veces los llevan a tener problemas. Pueden tender a ser también algo egocéntricos y poco solidarios.
Aquellas personas cuyos nombres comienza con B, suelen ser algo perezosas, pero definitiva muy sexys. Les encanta estar enamorados. Conquistar una pareja y llevarla a cenar puede ser una de las cosas que más disfruten. Aunque son algo reacios a dar a conocer sus sentimientos, saben muy bien cómo mimar a sus compañeros/as, y, aunque no lo digan, necesitan ser mimados también.
A menos que estén completamente satisfechos, las personas cuyos nombres comienzan con B no suelen demostrar sus emociones, y de hecho son expertas en controlar sus sentimientos. Pero dar el consentimiento para experimentar, es definitivamente una parte integral de su naturaleza.
La gente cuyo nombre comienza con C es sensual por naturaleza. Necesitan asimismo cercanía y unión, y tener una pareja que no sólo sea socialmente aceptable, sino también digna de una aclamación social, tanto por su aspecto como por sus actos.
Las parejas de la C suelen tener suerte, pues son tratados como amigos leales y grandes compañeros. Los personas C tienen también un latente deseo de ser muy apreciados, incluso hasta el punto de ser venerados. En caso de que ellos no reciban esta clase de adulación, tienen sin embargo la habilidad de dar un gran cariño, hasta que sean capaces de recibirla.
Asimismo, estas personas están cómodas controlando sus emociones y deseos, pues los pueden manejar sin mayores problemas.
La gente “D” es sumamente apasionada, leal, e intensa en sus emociones y compromisos. Una vez que deciden obtener algo a alguien, son capaces de dar todo lo que pueden de sí mismos. Por eso es muy difícil ver que un D termine rendido. Asimismo, una vez que ellos se deciden a conquistar una persona que tienen en vista, son capaces de regarla de cariño y cuidado, para lograr ser el objeto de su deseo.
En su faceta positiva, la gente D es muy solidaria, fiel, lucida, y bastante talentosa. Y en su mayoría no son en absoluto personas superficiales.
En su faceta negativa, son personas muy celosas y con poca paciencia, lo cual es algo que les cuesta cambiar, pues es parte de su naturaleza. Tienden también a ser estimulados por lo excepcional, el límite o la excentricidad, lo cual los puede llevar a meterse en situaciones peligrosas.
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