Los hombres que tomaron
finasteride, un medicamento que afecta las concentraciones de hormona masculina,
redujeron en cerca de un veinticinco por ciento su probabilidad de tener cáncer
de próstata, comparados con quienes tomaron placebo, según los resultados de
un estudio nacional divulgado hoy en línea por el New England Journal of
Medicine.
Estos hallazgos llevaron
al cierre temprano del Estudio de Prevención del Cáncer de Próstata (PCPT),
coordinado por una red de investigadores con el nombre de Grupo de Oncología
del Suroeste (Southwest Oncology Group, SWOG) y financiado por el Instituto
Nacional del Cáncer (NCI). El estudio de diez años de duración en el que
participaron cerca de 19.000 hombres de todo el país, estaba programado
inicialmente para finalizar en mayo de 2004.
“El finasteride es el
primer medicamento que reduce el riesgo de cáncer de próstata”, indicó
el director del estudio, Dr. Ian Thompson, del Centro de Ciencias de la Salud de
la Universidad de Texas. “El medicamento fue útil tanto para hombres con
bajo riesgo de cáncer de próstata, como para los que tenían alto
riesgo”. La edad, la concentración de antígeno prostático específico (PSA)
al momento de la inscripción, antecedentes familiares de cáncer de próstata,
así como la raza o el grupo étnico, no afectaron la habilidad del medicamento
para prevenir la enfermedad.
“Hay que hacer una
aclaración”, declaró el doctor Thompson. “Los hombres en el estudio
que desarrollaron cáncer de próstata mientras tomaban finasteride tuvieron más
probabilidad de tener cánceres de grado elevado, los cuales, cuando se
encuentran en la población general, pueden diseminarse rápidamente aun cuando
los tumores sean pequeños. Pero más del 97 por ciento de los hombres que
desarrollaron cáncer de próstata durante este estudio tuvieron cánceres en
estadio precoz, los cuales son curables con más frecuencia”.
En el momento se desconoce
por qué los hombres que tomaron finasteride tuvieron más tumores de grado
elevado, pero los investigadores están estudiando varias posibilidades. El
medicamento afecta la apariencia de las células cancerosas de la próstata y
esto puede llevar a calcular equivocadamente el grado del tumor, que el patólogo
determina visualmente. Otra explicación posible que se está estudiando es si
el finasteride en realidad hace que se desarrollen tumores más agresivos, bien
sea al prevenir sólo los tumores de grado bajo o al hacer la glándula prostática
más predispuesta a tumores agresivos.
El cáncer de próstata es
el cáncer más común en hombres, después del cáncer de piel, y afectará a
cerca de 221.000 hombres en los Estados Unidos este año. Cerca de 29.000
hombres morirán a causa de esta enfermedad. La enfermedad –así como su
tratamiento, que en ocasiones conlleva a impotencia, incontinencia urinaria y
otros problemas– es una carga de salud importante para los hombres.
“Estos hallazgos
resaltan la importancia de financiar estudios clínicos que se enfoquen en la
prevención”, indicó el doctor Elias A. Zerhouni, director de los
Institutos Nacionales de la Salud, de los cuales forma parte el NCI.
“Nuestra meta es, primero que todo, prevenir tumores”.
“Este estudio es un
paso importante hacia la comprensión de las complejidades del cáncer de próstata
como enfermedad”, expresó el director del NCI, doctor Andrew C. von
Eschenbach. “Este estudio memorable y el caudal de información obtenido en
él ofrecerán una visión crítica para estrategias futuras de prevención”.
“Millones de hombres
podrían beneficiarse de la capacidad que tiene el finasteride para reducir el
riesgo de cáncer de próstata”, explicó la doctora Leslie Ford, directora
adjunta de investigación clínica en la División de Prevención de Cáncer del
NCI, quien supervisó el PCPT para el instituto. “Como sucede con cualquier
procedimiento o intervención médicos, la decisión de tomar finasteride es
individual y se deben sopesar los beneficios y los riesgos”.
El finasteride fue
aprobada en 1992 en una dosis de 5 miligramos (mg) para el tratamiento de la
hiperplasia prostática benigna, un agrandamiento no canceroso de la próstata
que puede ocasionar problemas en el flujo urinario. Unos años más tarde, se
aprobó la dosis de un miligramo para tratar la calvicie de patrón masculino.
En el PCPT, fueron asignados al azar hombres sanos de 55 años y más para tomar
diariamente 5 mg de finasteride o un placebo durante siete años. Ni los
participantes ni sus médicos supieron quienes habían sido asignados para tomar
cuál píldora. Este tipo de estudio, llamado de doble ciego, controlado con
placebo, se considera la norma de oro científica para determinar si una
intervención funciona.
Los hombres escogidos para
el PCPT no mostraron evidencia alguna de cáncer de próstata al comienzo del
estudio. Para poder ingresar al estudio, los hombres debieron tener un examen
normal rectal digital (DRE) y una concentración de antígeno prostático específico
de 3 nanogramos/mililitro (ng/ml) o menos. Estos exámenes se repitieron cada año.
Los participantes también aceptaron que se les practicara una biopsia prostática
después de haber participado por siete años. Cuando el estudio terminó, cerca
de 9.000 hombres se habían sometido a biopsias.
“Queremos hacer
llegar nuestros más sinceros agradecimientos a los participantes en el
estudio”, expresó el doctor Thompson. Los investigadores del PCPT seguirán
observando a los hombres que participaron en el estudio en más de 200 sitios en
todo el país. “Lo que estos hombres nos han dado ya, no tiene
precio”, continuó el doctor Thompson. “Pero vamos a aprender mucho más.
Los participantes nos dejaron muestras de sangre y biopsias, y este archivo de
material biológico resultará de incalculable valor para aprender más acerca
de los cambios moleculares que ocurren cuando se desarrolla el cáncer de próstata”.
El 3 de marzo de 2003, el
Comité de Supervisión de Datos y Seguridad, un organismo independiente que
examinó periódicamente el estudio, aconsejó terminarlo antes de lo previsto.
La recomendación se produjo porque los datos ya recogidos eran sólidos y las
conclusiones difícilmente cambiarían con la adición de más datos.
Al cierre del estudio, se
había encontrado cáncer de próstata en cerca del 18 por ciento de los hombres
que tomaron finasteride, o sea en 803 de 4.368. Cerca del 24 por ciento de los
hombres que tomaron placebo, o sea 1.147 de 4.692, habían sido también
diagnosticados con cáncer de próstata. Muchos de los hombres con cáncer
tuvieron exámenes rectales digitales y niveles de antígeno prostático específico
normales, y la enfermedad se encontró sólo debido a que el estudio requería
una biopsia al finalizar.
A pesar de que los hombres
que tomaron finasteride tuvieron menos cánceres de próstata en general, ellos
tuvieron una mayor proporción de cánceres de próstata de grado elevado. En
general, 6,4 por ciento de los hombres que tomaron finasteride (280 de 4.368)
tuvieron tumores de grado elevado. En el caso de los hombres que tomaron
placebo, 5,1 por ciento (237 de 4.692) tuvieron cánceres de grado elevado. La
baja concentración de antígeno prostático específico no tuvo correlación
con el desarrollo de tumores agresivos; algunos de los hombres en ambos grupos
del estudio tuvieron enfermedad de grado elevado a pesar de que tenían
concentraciones de antígeno prostático específico que no habrían sido motivo
de preocupación si los participantes se hubieran sometido a exámenes de
detección de rutina fuera del estudio.
“Aunque un mayor
porcentaje de hombres del grupo de finasteride tuvo tumores que al patólogo le
parecieron más agresivos, no sabemos si esos tumores actuarán biológicamente
en forma agresiva”, indicó Ford. “Vamos a seguir vigilando a estos
hombres a largo plazo para determinar si un cáncer que parece de alto grado en
un hombre que toma finasteride se correlaciona médicamente con enfermedad
agresiva”.
Los investigadores
observaron regularmente a los participantes en busca de efectos secundarios.
Comparados con los que tomaron placebo, más hombres que tomaron finasteride
experimentaron efectos secundarios sexuales en algún momento del estudio. Por
otra parte, más hombres de los que tomaron placebo informaron de síntomas
urinarios.
“El PCPT y sus
hallazgos marcan una piedra angular en el campo de la prevención del cáncer y
seguiremos aprendiendo más y más en los años venideros”, expresó Ford.
“La capacidad de la finasteride para prevenir el cáncer de próstata tiene
el potencial de reducir el peso de la atención médica para esta enfermedad tan
común. La próxima vez que los hombres vayan al médico, el médico querrá
hablar de estos hallazgos”.
Fuente:
National Cancer Institute (USA)