Ellis Island es una pequeña
isla situada a la entrada de Nueva York, muy cerca de la Estatua de la Libertad,
en donde se encontraban las autoridades migratorias que recibían a los
inmigrantes que llegaban por barco a los Estados Unidos.
En pocas palabras, Ellis Island fue durante décadas
la principal puerta de entrada a los Estados Unidos de los inmigrantes de todos
los orígenes, y en sus archivos de encuentran registros de todos ellos, con
invalorables datos.
Esos archivos no son solo valiosos para los
descendientes de inmigrantes a los Estados Unidos, por una sencilla razón: la
gran mayoría de los inmigrantes europeos a América llegaron a los Estados
Unidos, y es muy probable que gran parte de los inmigrantes a otros países
hayan tenido familiares que fueron a los Estados Unidos.
En otras palabras: aunque usted no lo sepa, es
posible que algún familiar suyo haya sido registrado en Ellis Island, y que en
sus archivos se encuentre la información sobre su familia que tanto está
buscando: origen de su apellido, lugar probable de nacimiento de sus ancestros,
etc.
¿Lo mejor de todos? Los archivos tienen un
excelente sitio web, en el que pueden realizarse las búsquedas:
www.ellisisland.org
Las siguientes sugerencias, los ayudarán a tener un mayor éxito en la búsqueda.
En primer lugar, debería asegurarse que el apellido de su antepasado haya
sido escrito correctamente. Por las dudas, sería útil que piense en algunos
deletreos alternativos. Sucede que muchos apellidos fueron de hecho mal copiados
en el momento del registro, tanto al llegar como en los puertos de salida del
Viejo Continente.
E incluso aunque esté seguro de cual era el nombre con el que entró su
ancestro al país, realice la búsqueda simplemente con la inicial de este
nombre y el apellido, o directamente no utilice el primer nombre para la búsqueda.
Tenga en cuenta que no sólo los apellidos eran cambiados por los inmigrantes,
sino que a menudo lo primero que se modificaba eran los nombres para hacerlos más
similares o iguales a los de los residentes del país.
Con respecto a los manifiestos de inmigración, debe saber que la mayoría
son en realidad de una o dos páginas. Lo más importante está en la primera página,
donde se indica el nombre del pasajero, ubicado bien al costado en el lado
izquierdo.
De cualquier forma, cuando se observan microfilmaciones, en varias
oportunidades la segunda página del manifiesto aparece primero en la pantalla
de la computadora. Por eso, se debe estar seguro de mirar la página apropiada.
En la mayoría de los softwares existe un botón que se parece a una lupa, en el
que se puede dar un clic para ampliar la vista de la pantalla del manifiesto. Cuándo
se ve que se amplía la imagen, se debe desplazar hacia abajo en el lado
izquierdo de la pantalla, y buscar el nombre del pasajero. Si no lo puede
encontrar, será evidente que no está en la primera página del manifiesto.
En este caso, deberá hacer un clic donde dice “Cerrar Ventana” que le
traerá los resultados de la búsqueda (esto es la página que tenía la lupa).
Arriba a la derecha de la lupa encontrará los botones “Anterior” y
“Siguiente”. Haga clic en esas opciones para ir hacia atrás o hacia
adelante por las páginas de los manifiestos. Sepa que las páginas no están
necesariamente en orden. Podría tomar algún esfuerzo, pero sin dudas puede
valer mucho la pena.
Por cierto, todos estos registros no son una colección perfecta, pues de
hecho varias veces no se podrá encontrar el nombre de un antepasado en una
cierta página en la cual la base de datos afirma que debería estar; si este es
su caso, trate de hacer clic en los botones “Anterior” o “Siguiente” de
la página de resultados de búsqueda, para agrandar los limites de su búsqueda.
Lo importante, en todo caso, será que nunca se desaliente. Nadie dijo jamás
que las búsquedas genealógicas sean tarea fácil. Aunque siempre existen
chances de encontrar los registros de su familia, podría tomar varios intentos
obtenerlos.
Asimismo, nunca se debe pensar que ya se sabe demasiado, ni que todo será
innecesario, respecto a la búsqueda familiar. En muchas ocasiones, la información
que se lega por generaciones podría no ser correcta. Quizás una abuela no llegó
verdaderamente en 1901, sino en otro año. O el nombre se deletreaba de una
forma diferente de la que cualquier miembro de su familia podría recordar. O
bien que el bisabuelo fue anotado como lo que era, un granjero, en lugar del médico
en el que se convirtió al llegar al Nuevo Continente. Existen todos tipos de
posibilidades, por lo que es fundamental mantenerse muy atento y ser muy
creativo.