¿Debe la pareja de nuestro hijo dormir en casa?

La mayoría de los padres de adolescentes ya se habrán enfrentado a esta disyuntiva, y quienes no lo hayan hecho, temen que suceda en el corto plazo. Lo cierto es que no hay respuestas infalibles con respecto a la vida sexual de los hijos, aunque sí algunas sugerencias

Por un lado, la
certeza de que los hijos se encuentran seguros, fuera de cualquier ámbito
nocturno en donde puedan ser víctimas de algún tipo de ataque. Por el otro, el
temor a que la promiscuidad se filtre por las paredes del hogar, haciendo del
hogar familiar un espacio de libertinaje.

La
disyuntiva sobre permitir o no que los hijos puedan quedarse a dormir en el
hogar con sus parejas, es una de las mayores que suele tener todo padre de hijos
adolescentes. Sobre todo en estos cambiantes tiempos, donde, según un estudio
poblacional, la mayoría de las chicas y chicos se inician sexualmente a los 16
años.

Pero
además, son muchos los jóvenes que, a causa de las crisis económicas, no
pueden tener los ingresos suficientes como para marcharse a vivir solos, o
simplemente alquilar periódicamente cuartos en un hotel, con lo que la proporción
de hijos que buscan el propio hogar como refugio para sus encuentros sexuales,
es cada vez mayor.   

De
hecho, según un estudio independiente, más de la mitad de los chicos mantienen
relaciones sexuales en la casa de sus padres. Un cifra muy alta, si se la
compara con lo que hubiera arrojado un estudio similar en nuestros tiempos, pero
que demuestra que aún hoy existe un gran número de adultos que no está
dispuesto a tener una flexibilidad casi total para con sus hijos.

En
efecto se podrán encontrar todavía padres que bajo ningún punto permitirían
que sus hijos utilicen su cuarto como espacio en donde sostendrán un encuentro
sexual, pero, como se ve, también otros que verán al sexo como un componente más
del juego y placer humano, y le darán una mayor libertad a los hijos. También
estarán quienes dirán que entienden que sus hijos no puedan pagar un cuarto
para estar con sus parejas, por lo que prefieren darle un espacio para que lo
hagan. Pero en cualquier caso, estas decisiones llegarán junto a un gran
impacto emocional.

En
efecto, no es nada sencillo, para ningún padre, hacer frente a las nuevas
conductas de su hijo adolescente. Y más aún si las mismas están relacionadas
con un tema tabú, como el sexo, y se planean desarrollar en la propia casa.

¿Si
o no?

Según
los especialistas, nada es ni blanco ni negro cuando se habla de estas
cuestiones, sino que todo depende de una combinación de factores en donde se
destacan la madurez del chico, el estilo de vida de la familia, la educación
que se quiere brindar, y la seguridad, entre una serie de aspectos.

De
hecho todo su tiene sus pro y sus contra, y, según afirman los expertos, es
poniendo sobre la balanza ambos aspectos la forma en que podrán los padres
saber cual será la opción más conveniente para su propio caso personal, y
también para el de sus hijos en particular.

Al
hablar sobre los pro de una decisión permisiva, los especialistas afirman que
una prohibición solo los expulsaría hacia el exterior o la casa de la pareja,
lo que en nada modificaría las costumbre, y, en todo caso, podría ser más
riesgoso.

Respecto
a las contras, los expertos sugieren que una excesiva permisividad los lleva a
“aburguesarse” en el propio cuarto, es decir a una falta de motivación para
mudarse, comprometerse, o llevar adelante una relación duradera. Al mismo
tiempo, se les da el mensaje que todo es muy fácil, muy al alcance de la mano,
y no es necesario esforzarse para lograr los beneficios, lo cual puede llegar a
ser muy contraproducente en el caso de que el adolescente sea emocionalmente
inmaduro. Pero, como se señaló, todo depende de cada caso en particular.

Algunos
consejos

Con
todo, existen algunos puntos que estos profesionales sugieren tener en cuenta
para todos los casos. Además del ya citado de no generalizar y ver cada caso
por separado, se recomienda tener siempre en cuenta que la casa es de los
padres, y no de los hijos. Al mismo tiempo, señalan que lo ideal sería que la
decisión sea consensuada, y que se respete la intimidad del adolescente, tanto
si la respuesta es positiva como negativa.

Además,
recomiendan que cuanto más chicos sean los jóvenes, menos permisos se le de, y
viceversa. Sucede que, afirman, no es lo mismo un chico de 16 años que cambio
de pareja constantemente que uno de más de veinte que lleva desde hace algunos
años una relación estable.

En
cualquier caso, siempre es importante poner limites y evitar la promiscuidad,
pues si además la iniciación sexual está muy apegada a los padres, esto puede
conllevar dificultades a futuro. Por eso, el sexo debe ser un espacio propio y
cuidado, sea dentro como fuera de la casa.

Los
especialistas también señalan que los padres deben tener en cuenta que, muchas
veces, la permisividad que le dan a los hijos no está tan relacionada con el
bienestar de los chicos como con el de ellos mismos. Por ejemplo, puede haber
padres que intenten a toda costa que sus hijos se marchen del hogar, y es por
ello que intentarán ponerle al alcance todo lo que necesitan, más allá de si
eso es bueno o malo para ellos. De hecho, si no quedan espacios de búsqueda,
será muy probable que los chicos no busquen una salida.