Tradicionalmente, pero sobre todo en los últimos tiempos,
pareció existir una oposición entre trabajo y familia. Y es que si bien las 24
horas del día deberían alcanzar para congeniar ambas cuestiones, los diferentes
horarios de madres, padres, e hijos, pueden llegar a provocar que ninguno de
ellos logre ver la cara del otro durante los cinco días hábiles de la semana.
Sin embargo, gracias a
las nuevas políticas que están implementando muchas compañías, lograr este
anhelado balance es cada vez más posible.
Sucede que muchos
directivos observaron que una persona feliz, es un empleado más productivo. Y
para ser feliz… ¿Qué mejor que compartir algunas horas diarias con la familia?
Esta tendencia, que comenzó en muchas compañías siendo
simplemente una serie de tibias políticas implementadas para una mayor
comodidad de los empleados, hoy en día se ha convertido en una nueva cultura
organizacional.
Un cambio de mentalidad
Muchas empresas líderes,
y sus empleados, ya han tomado a las políticas familiares como una forma de
pensar y actuar dentro de sus organizaciones internas.
De esta forma, es cada
vez mayor el número de compañías que requiere de sus empleados el cumplimiento
de objetivos concretos, antes que de horarios, en una fórmula en que ambos se
benefician de igual manera.
Según los especialistas,
esto va a contramano de la tendencia tradicional, pero es de hecho muy efectivo.
Sucede que desde siempre se asoció al buen empleado con el más puntual o el que
más horas trabajaba dentro de su oficina, lo cual por supuesto, marchaba en
desmedro total de la familia.
Pero sin embargo, todas
las empresas necesitan, por sobre todo, producción concreta, antes que
acumulación de horas, con lo que muchas dejaron que las personas se organicen de
la manera que más le convenga, por supuesto, siempre con el objetivo de cumplir
sus metas.
La puesta en práctica
En este sentido, varias empresas líderes propusieron a sus
empleados la posibilidad de realizar una serie de cambios que los ayudase a
organizar su trabajo con el objetivo de poder estar más tiempo con sus
familias. Estas opciones fueron:
1. Se permitió trabajar desde las casas, para lo cual, en
la mayoría de los casos, alcanzaba con suministrarles una computadora hogareña.
2. Se incorporaró en muchos de los edificios un ámbito de
guardería.
3. Se propuso una amplia gama de horarios de entrada y
salida para el personal.
4. Se planteó la posibilidad de hacer trabajos
part-time.
5. Se otorgaron días libres para compensar las horas
extras trabajadas.
6. Se otorgaron licencias sin goce de sueldo.
Según señalan desde las empresas, implementar estos
cambios no fue nada sencillo, pues muchos empleados temían pedir estos
beneficios y muchos gerentes eran reacios a otorgarlos, ya que les costaba
entender que, aunque no veían a los empleados trabajando, estas personas lo
estaban igualmente haciendo.
Por eso, los gerentes de
Recursos Humanos de las compañías que establecieron estos cambios debieron
realizar un amplio trabajo de comunicación interna, con el objetivo de comunicar
al personal las nuevas políticas familiares y la importancia de su aplicación.
De la misma forma,
debieron capacitar a los directivos para desterrar prejuicios o estereotipos que
les impidieran implementar las nuevas directivas.
De hecho, según afirmaron estos profesionales, luego de
implementar estos cambios se pudo
comprobar un mayor compromiso por parte de los empleados hacia su trabajo, así
como una mayor productividad, y las empresas pudieron atraer y retener a los
trabajadores más talentosos.
De todas formas, estos mismos especialistas señalan que no
existen fórmulas infalibles para diseñar programas empresariales que combinen
trabajo y familia. Por el contrario, afirman, se debe observar y estudiar cada
caso en particular, teniendo en cuenta las características del trabajo, del
trabajador, y de su familia.
En lo que sí coinciden todos, es en la necesidad de concebir este asunto tanto
en el hombre como en la mujer.
Sucede que muchos piensan que el tema de la familia es una cuestión que atañe
más a las mujeres, y más específicamente a las que quieren tener hijos, pero la
realidad es que la familia abarca a ambos, y que todas las etapas de la vida son
importantes y deben ser compartidas.
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