Lino para el corazón

El lino contiene ácidos grasos omega 3, que protegen el corazón, y merece ser tenido en cuenta para integrarlo a nuestra dieta.

Todos los especialistas coinciden en señalar que el
consumo de ácidos grasos omega 3 es fundamental para una buena salud. Sucede
que, si el mismo se consume de forma regular, se puede lograr reducir la
agregación plaquetaria, lo que tiene como resultado un menor riego de formación
de coágulos y de que la persona sufra algún infarto.

A partir de estos ácidos grasos, el organismo
elabora derivados muy beneficiosos para la salud como el EPA -precursor de
moléculas que disminuyen la capacidad de adhesión de las plaquetas en sangre,
lo que reduce la formación de coágulos y trombosis-, y el DHA -que potencia el sistema
de defensa del organismo, y mejora el funcionamiento cerebral y ocular-.

Para lograr una adecuada ingesta de estas “grasas
buenas” (insaturadas), también se deberían consumir grasas monoinsaturadas
omega 9, presentes en el aceite de oliva y de girasol alto oleico, y de
poliintaturadas omega 6, que se encuentra en el aceite de girasol y de maíz,
pues ambas disminuyen el colesterol total en sangre y aumentan los niveles de
colesterol “bueno” (HDL).

El consumo de ácidos grasos omega 3, también
denominado ácido alfa linolénico, debería ser masivo, especialmente dentro del
segmento de personas que tienen problemas cardiovasculares y buscan mejorar la
circulación sanguínea, sobre todo teniendo en cuenta que el organismo no los
produce.

Pero la realidad disto mucho de esto último, pues
los ácidos grasos omega 3 no suelen estar disponibles en la mayoría de los
alimentos. Por caso, los aceites son uno de los productos que más se consumen
para prevenir enfermedades cardiovasculares, gracias a sus gasas buenas, pero,
por ejemplo, el de soja tiene sólo un 7 por ciento de lino, los de canola o
colza niveles similares, y el de girasol común directamente no los posee.

En donde sí se puede encontrar una gran cantidad de
estos ácidos, es en los pescados de mar de aguas frías y profundas, aunque los
mismos son alimentos caros, pues deben mantener una adecuada cadena de frío y
ser consumidos en poco tiempo, y, por otra parte, no son parte de la dieta
habitual en muchos países occidentales.

Lino, una alternativa

Donde también se encuentra una gran cantidad de
ácidos grasos omega 3, fue en el lino. De hecho, se sabe que en este producto
está conformado en un 50 por ciento por estos ácidos. El problema es que la
venta de su aceite para uso alimentario está prohibida, pues su duración es muy
breve, y una vez que se oxida, tiene un sabor muy desagradable.

Por el momento, quienes deseen consumirlo, tienen
como única posibilidad adquirir sus semillas en las tiendas de productos
naturistas o como suplemento dietario, para luego agregarlo en el yogur,
ensalada, o comidas calientes.