Sexo y romance en la oficina

Ultimamente, han crecido en forma exponencial los casos de amoríos entre colegas de trabajo. Conozca los motivos, y cuán beneficioso o perjudicial podría ser para sus protagonistas

Una mujer más presente

Otro de los factores que influyó para que se
presente este crecimiento exponencial de las relaciones amorosas dentro del
trabajo, tiene que ver con una mayor presencia de la mujer dentro del ámbito
laboral.

En efecto, la mujer de hoy en día ya no se limita a
quedarse entre las cuatro paredes del hogar, sino que tiene un rol mucho más
activo, lo que se verifica también en su mayor inserción laboral.

De hecho, se calcula que la participación de la
mujer dentro de la esfera laboral creció de un 15 a un 20 por ciento en la
década del noventa, lo que, presumiblemente, trajo aparejado una mayor
interacción entre hombres y mujeres.

Incluso, esta mayor participación fue ampliando
también la democratización de las relaciones laborales, por lo que si antes las
mujeres debían tener un rol de sumisión frente a los hombres, lo que
dificultaba para ambos la chance de mantener un contacto más personal, hoy en
día la interacción suele ser mucho más pareja, y con ella la posibilidad de que
emerjan puntos en común.

Rasgos particulares

La interacción fluida a la que se hizo referencia,
es otro de los puntos que explican estas relaciones. Si uno piensa en como se
relacionan las personas en un discoteca, bar, u otro ámbito público, se podrá
ver que existen gran desconfianza al respecto, pues nunca se tiene la seguridad
que la otra persona sea lo que diga o aparente ser.

En el trabajo por el contrario, no es nada raro que
uno conozca bastante de la vida de sus compañeros, con lo que las barreras
disminuyen y existe una mayor seguridad en el trato personal.

Esto se potencia, señalan los especialistas, en el
caso de las grandes compañías, donde el contacto entre las personas no es lo
tan próximo como para que resulte tedioso o cansador, ni tan lejano como para
que no exista alguna vía de comunicación.

Es recomendable tener en cuenta, finalmente, sólo
un par de factores. El primero tiene que ver con darse cuenta si el amor no es,
en realidad, simplemente una vía de escape del trabajo, y en el caso de que no
sea así, que no afecte el rendimiento laboral.

Si se cree que lo que en realidad sucede tiene que
ver con este primer caso, es decir que la búsqueda de una compañía esta
motivada por el deseo de que las horas pasen más rápido o se calmen las
angustias luego de efectuar un trabajo complejo, antes que por la experiencia
del amor en sí misma, será prudente saber que esa especie de relación podrá
desvanecerse al poco tiempo, por lo que no sería bueno apostar demasiado a
ella.

Si el amor persiste en el tiempo, y se llega a
tener el convencimiento de que se está enamorado, sólo restará tener cuidado de
no desatender las obligaciones laborales, pues en tiempos de crisis económica,
ningún adulto puede darse el lujo de vivir un despreocupado romance
adolescente.

Pero de todas formas, los
especialistas sostienen que esto no es frecuente que suceda. De hecho, el
romance en la oficina es también una excusa para vestirse mejor, mostrarse más
activo y productivo, y disfrutar más del trabajo que se desarrolla junto con el
ser amado, lo cual es una combinación que beneficia a la empresa y al empleado
mismo, tanto en su fase laboral como sentimental.