El Tantra, el sexo y la salud

¿Por qué la experiencia personal de Vida me ha conducido a sentir que la SEXUALIDAD ES UN CAMINO DE SANACION DE TODO TIPO DE ENFERMEDADES?

Tal como mencioné antes, la experiencia del
Orgasmo Tántrico es inusualmente vivida. No es la palabra Tantra, ni el logro sexual
lo importante.

LA VIVENCIA DEL VERDADERO ORGASMO, DEL
ORGASMO que el primer aborigen de la Humanidad, tal vez, vivió, debería siempre
y en forma espontánea “retornarnos”, en el instante en que se vive, a
nuestro ORIGEN.

EL ORGASMO BIOLÓGICO, NATURAL DEL SER
HUMANO, debería permitirnos recrear en cada Unión Sexual, la experiencia de la
llegada a la Vida, la experiencia del pasaje por el canal de parto, de la
primera inspiración, del primer contacto con la piel de un ser humano, nuestra
madre…

Sin embargo, la humanidad condicionada por
lo anteriormente mencionado, pasa por la Vida sin lograr vivir o revivir esa
EXPERIENCIA.

Y así, poco a poco, nos apartamos de la
esencia del ESTAR VIVOS, de qué significa realmente sentirnos vivos.

Busquemos juntos, cuales pueden ser los
motivos que impiden la experiencia del Orgasmo biológico ( o Tántrico).

Para ello es preciso diferenciar, reconocer
la experiencia de aquello que es socialmente llamado orgasmo, del ORGASMO PARA
QUE LOS SERES HUMANOS HEMOS NACIDO CAPACITADOS.

Habitualmente se considera orgasmo al
espasmo nervioso, tanto en mujeres como en varones, en que, por estimulación
genital, se llega a niveles de excitación máxima que desencadenan en ambos un
movimiento espasmódico que, una vez iniciado, ya no tiene retorno.

En la mujer se experimenta como una
sensación agradable de mucho placer, similar a una onda que recorre el canal
vaginal, socialmente denominado “acabar”. La experiencia de este
“orgasmo”, queda, sin embargo en el PLACER PROPIO, PERSONAL y A NIVEL
GENITAL, sin producir la experiencia de Unión, fusión, Paz y Serenidad (
estados que a su vez, generan vibraciones benéficas que se graban en la corteza
cerebral y en las células físicas).

En el varón, se experimenta como una
sensación agradable de mucho placer, en la que el nivel de excitación al llegar
a su punto máximo, es, al igual que en la mujer, una onda espasmódica que
recorre desde la próstata el canal uretral, produciendo además, la expulsión
del fluido eyaculatorio. Podríamos decir que el proceso es casi el mismo, sólo
que en el varón, el espasmo nervioso, llega “normalmente” acompañado
de la eyaculación.

La experiencia de este “orgasmo”
queda también en el PLACER PROPIO, PERSONAL y GENITAL, sin producir
sensaciones de fusión que otorgan Paz y Serenidad y que generan quietud mental,
lucidez y vibraciones benéficas.

En el
caso del varón, se suma que la expulsión de fluido eyaculatorio, produce
grandes niveles de pérdida de energía vital.