Cuando
empezó a ser evidente que la expectativa de vida de la población se alargaría,
muchos observadores consideraron que las personas de 50 a 60 años enfrentarían
conflictivos dilemas…
A los cincuenta años, la mayoría de los profesionales han alcanzado la cumbre
de sus carreras y aún tiene 20 años del mismo trabajo por delante. Son
sumamente eficientes pero sienten que ya no aprenden, ni contribuyen, ni
encuentran desafíos o satisfacción en el trabajo. Para peor, es probable que
-luego de jubilarse- vivan otros 20 años… ¿Sin hacer nada??
Extender la vida laboral es una forma de extender la propia vida. Es
evitar que muchos mueran hoy, no física sino psicológicamente. Esta realidad
lleva a cada vez más personas a iniciar una segunda carrera, a encontrar áreas
donde ser valoradas y respetadas. Existen tres formas de desarrollar una
segunda carrera:
– La primera es por desplazamiento: Significa desplazarse
de un tipo de organización a otra. Por ejemplo, un contador de una gran
corporación que pasa a desempeñarse en un emprendimiento más pequeño donde
necesitan de su experiencia. O el abogado que participa como asesor de una
ONG… Aunque también se puede cambiar totalmente de especialidad. Por ejemplo,
el empresario que es elegido para un cargo público.
Lo usual es que sean personas que han logrado un cierto éxito en su primer
trabajo. Cuentan con buenas habilidades y saben trabajar. Necesitan de la
comunidad para mantener una vida social (su casa está vacía, sus hijos ya se han
ido). Pueden necesitar un ingreso pero, por sobre todas las cosas, necesitan
un desafío.
– La
segunda es prepararse: Esto significa establecer una carrera paralela. Muchas
personas realizan un trabajo paralelo, que por lo general no les demanda
demasiado y que tiene horarios complementarios con sus actuales trabajos. Por
ejemplo, ayudar en la cooperadora de la escuela donde fueron sus hijos,
trabajar en la Biblioteca pública, etc…
– Por
último están los emprendedores: Son generalmente personas que ha tenido éxito
en su primera carrera y que buscan nuevos desafíos. Así, cuando su antiguo
trabajo ya no les necesita, empiezan otra actividad en forma independiente y
como líderes de su proyecto.
Estas
modalidades están cobrando importancia. Cada día más hombres y mujeres contemplan
una larga expectativa de vida como una oportunidad, tanto para ellos como
para la sociedad, y se ven impulsados a liderar nuevos proyectos después de los
cincuenta o sesenta años.
Existen otras razones para desarrollar una segunda carrera. Nadie puede
pretender no sufrir un serio revés en su vida personal o profesional. Ante
tales circunstancias, un segundo interés suele ser fundamental. Hoy es
sumamente importante contar con áreas donde poder contribuir, establecer una
diferencia y ser alguien. Áreas que nos ofrezcan la oportunidad de ser
valorados y respetados. Extender la vida laboral es una forma de extender la
propia vida.
“Cuando me dicen que soy demasiado viejo
para hacer una cosa,
procuro hacerla enseguida”
– Pablo Picasso –
Fuente: ClubdelaEfectividad
Desarrollo
personal, liderazgo y efectividad
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