El sonido del silencio
El silencio…………
La gran compañía en
medio de la soledad,
La voz apagada casi
suspiro
La garganta a punto de
gritar
Apareciste de pronto,
como una gran lluvia,
y casi me ahogo por no
respirar.
El agua corriendo por
mis mejillas,
Son solo lágrimas para
secar.
Llegaste una noche,
Tan fuerte como un
huracán,
El viento borro mi risa
Y casi me caigo por no
dar más.
Mostraste a la muerte,
Reinando en la vida.
Sentí la nostalgia
De un tiempo vivido.
Ya puedo partir sin
rumbo fijo,
y no encontrar nada
donde mirar.
Pero el corazón me dice,
Donde te puedo
encontrar.
Sentir el sonido tan
silencioso,
De tanto silencio, no
puedo más
Me ahogo en la penumbra
Y la vida casi es fatal
Por Mónica Pastini
A CARMEN
Oh, Carmen de mi alma, concédeme
indulgencias,
porque eres dulce y buena en tu
modo de ser
yo me acerqué a tu vida y vi tu
inteligencia
y el corazón pidióme que fueras mi
mujer.
Tu corazón de fuego por mi se
estremeció
y nuestro amor fue limpio aquí en
nuestro santuario
pero es tarde en mi vida, según te
pareció;
y el día se acerca de entrar en mi
sudario.
Por eso… puedes irte…
aunque de todos modos te quedarás
conmigo
como queda el perfume donde había
una flor…
Tú sabes que te amo pero no te lo
digo.
Yo sé que eres mía, sin ser mío tu
amor.
La vida nos acerca y a la vez nos
separa
como el día y la noche en el
amanecer.
Mi corazón sediento ansía tu agua
clara
pero es un agua ajena que no debo
beber.
Por eso… puedes irte…
Pero aunque no te sigo, te quedarás
conmigo
como una cicatriz…
y mi alma es como
un surco cuando cortan el
trigo, recogen las espigas pero no
la raíz.
Tu amor es como un río que parece
más hondo,
cuando el agua se va…
Por Antonio Zamora Sánchez
Tancítaro, Michoacán, Enero del 2004
Nocturno Sáfico
Otrora una fémina cantaba
albricias
exornadas a su amiga,
en tanto, la
inocente cortejada,
se dormía.
Con arrobo, la
poetisa acariciaba
los cabellos de
su amada, tan brillantes
y Selene, junto
a ellas refulgía,
exultante.
Compartían,
noveles, mismo lecho,
con ternura, las
frágiles amantes.
El bosque con su
sombra las regía,
expectante.
Al unírseles tan
plácidos los párpados,
al Gran Morfeo,
la Musa se entregó.
La compañera su
sáfico nocturno
comenzó:
“Deidad de piel
ebúrnea y cristalina,
esfinge diminuta
y delicada,
¡permite que yo
beba de tu estirpe,
mi adorada!
Tus manos de
reflejos purpurina,
tus pechos, de
feéricos diamantes,
¡permíteme
inundarme de tu boca
y saciarme!
Expurga mis
pecados, dea blanca,
rescátame del
Hado y del cadalso
¿no ves mi
corazón que yace salvo
en tus labios?”
Las lágrimas
copiosas de la amante
Al rostro de su
amiga acariciaban…
E inspirada, su
sáfico nocturno
celebraba:
“Alígera figura
de ensueño
Condesa de la
Música y las Artes
¡Permite que yo
acceda al privilegio
de besarte!
Observo tu
contorno, filomela,
de gráciles,
donosos sedimentos
¡quisiera yo
fundirme en los confines
de tu cuerpo!
Acendrada perla
pálida, ¡piedad!
Encendida más
silente te recito
¡Erato, no me
inspires tu maldad,
lo suplico!”
Una dríada, ninfa de los bosques,
Al quejido del
nocturno despertó
Y del llanto,
salado y copioso,
se apiadó
“Bienhechora de
las hojas y los árboles
compadezco a los
sufrientes por Amor
He escuchado atentamente tus
palabras
de pasión”
La cantante,
extraviada en su nocturno,
sollozaba
delirante su canción;
Asustóse ante la
dríada creyéndola
visión
“No te aflijas,
niña mía, ya no llores,
pues quisiera,
con mis armas, ayudarte.
¡Escucha
atentamente lo que quiero
expresarte!”
“Hechizarte yo
quisiera, más no puedo
manejar lo que al destino
pertenece.
Tu Nocturno, ¡es hechizo y brujería
suficiente!”
“Prosigue tus palabras y tu canto,
en mágicas y eróticas tonadas,
¡taumaturgia de secretos destinados
a las Parcas!”
“Si en ritual de nocturnos continuamos,
resbalando en el gozo del hacer,
tu amante será tuya en el sumo
amanecer!”
El monte de Helicón las albergaba,
la poetisa se extraviaba en frenesí,
inspirando tribádicas tonadas
de marfil.
La dríada danzaba entre las hojas,
en rituales de hedónico temblor
gozosas las amantes disfrutaban
su esplendor.
El alba contemplaba sobriamente
el rito que las damas ejercían
clareaban ya los cielos de Beocia
de Energía
Con la magia de la danza y las palabras,
la adorada de su sueño despertó,
y a la amante, leda y entregada
la besó.
¡Quiera Zeus que el hechizo sea cierto
hoy escribo inundada de dolor
sean mágicas las palabras y rituales
del amor!
Por Natalia Cháneton
Habitación
Encerrado en
esta habitación,
viendo solo la
televisión,
con la mirada
perdida
y la mente distraída.
Se ha marchado,
de mi se ha ido
pero no ha
podido,
llevarse el
gran amor
que le prodigo.
Encerrado en
esta habitación,
con todo el
amor
que por ella
siento,
no soy capaz de
aceptar
esta situación.
Me ofrece su
amistad,
más ahora eso
no lo entiendo
y por mucho que
lo intento,
me ciega la
cruel realidad.
Quisiera
odiarla,
reprocharle la
tristeza
que a mi alma
causa.
Pero es tanto
el cariño
que por ella se
alza,
que sólo puedo
desearle lo mejor.
No se si fue
verdad
lo que decía,
las frases que
en mi oído
constantemente
repetía.
Sólo se que la
amo
como ha nadie
había podido.
Por JOSÉ MANUEL
CHORA SALVADOR
POZA RICA, VER.
MÉXICO