¿Sabías que
agresividad y
violencia no son sinónimos ni intercambiables?
Le decimos que Sí a la agresividad porque ella es el motor que impulsa nuestros
actos, algo así como la energía que nos permite vivir, tener empuje,
iniciativa. Esta agresión tiene sustento en nuestro organismo.
Ahora bien, si esa energía está al servicio de una intención dañosa, y
destructiva la llamaremos violencia, por eso le decimos No.
Hoy nos preocupa cómo
muchos conflictos se resuelven apelando a ella y más preocupante es aún, que
no sólo la calle es su hábitat sino que la escuela pasó a ser su escenario.
Estamos seguros que allí se manifiesta lo que pasa en la calle, en casa, en la
sociedad en general.
Todos sabemos que hay una marcada crisis de las instituciones y con ellas la
escuela, como complemento de la educación y formación de nuestros chicos.
Hoy tenemos otras
necesidades ya que hay mucho malestar entre las personas que
conviven en la
escuela. Son permanentes las quejas de los chicos que son golpeados por sus
pares, descalificados o menoscabados por un adulto, los maestros desbordados por
estas escenas que son diarias, y por otro costado tenemos a los padres que
tampoco saben como reaccionar, ni que hacer.
Aceptarla desde un rol
pasivo nos conduce al silencio y de allí a la complicidad.
Si la estudiamos la podremos entender y lo que es mejor podremos prevenirla,
evitarla y/o canalizarla.
La propuesta es
entonces, encontrar maneras de hacer de la escuela un medio seguro, estable y al
resguardo, ayudando a nuestros chicos a elegir otras alternativas a la
violencia.
Contanos tu experiencia:
Próximamente te vamos a detallar los resultados, y a ofrecerte nuevas
sugerencias
*¿Qué haces cuando tu hijo viene golpeado de la escuela? ¿Y tu pareja que
hace?¿Cómo te fue con el método?
Fuente:
www.campodepsicologia.com
