Existen dos
razones principales por las cuales muchas mujeres suelen involucrarse con
hombres inmaduros.
La primera, porque las mayoría de los hombres no llegan a la
madurez hasta los 28 años, y esto se debe a una falta de experiencias
importantes. En este caso, no hay mucho que se pueda hacer.
Sólo queda esperar
y ser paciente y, si se ama a ese hombre, rogar por que madure lo antes
posible. Si no, buscar a uno que ya sea maduro.
La otra razón es la falta de
capacidad para saber distinguir, atraer y enamorarse de un hombre maduro. Aquí
ya no es culpa de ellos.
El problema es
que, en la mayoría de los casos, las mujeres sólo pueden entablar una relación con
el tipo de hombre que ya conoce.
Entonces, si siempre ha tenido relaciones
inmaduras seguirá consiguiendo relaciones inmaduras, al menos que logre salir
del círculo vicioso.
Para esto es necesario que sepa reconocer una relación
saludable. Puede ser difícil y tomar cierta práctica pero al final será para
mejor y cuanto antes lo haga con menos hombres inmaduros deberá tropezarse.
Una relación
madura y saludable se apoya en la confianza, en una sensación de seguridad y de
previsibilidad.
Debe poder comunicarse de una forma abierta y sincera.
Debe
existir respeto por el otro, por sus creencias, ideales y forma de hacer las
cosas.
En una relación saludable uno debe sentirse cómodo siendo uno mismo. Y
además de diversión, risas y sexo, debe haber amor.
Por otra parte
existen otros indicios que pueden señalar que está entrando en una relación inmadura y poco
saludable:
– Si usted deja acercarse a cualquiera que quiera estar cerca, o -en el otro
extremo- no deja acercarse
a nadie en absoluto
– Cuando provoca contactos físicos sin siquiera tener una
prueba de que la otra persona lo desea o siquiera lo aprueba, o cuando no se
deja tocar ni toca a nadie
– Enamorarse de la primer persona que muestra cierto
interés, o no dejarse enamorar por nadie
– Esperar que la otra persona sepa de
todas sus necesidades aún cuando no las menciona, o no dejar que nadie satisfaga
sus necesidades
– Adentrarse en relaciones sexuales al primer impulso, o jamás
ceder a ellas aún cuando lo desee y crea que es el momento correcto
– Abrirse y
contar todo de una vez, o jamás contar nada ni dejar que los demás sepan qué
piensa o siente.
La clave se
encuentra en encontrar el equilibrio entre los extremos. Actuar sólo por
impulsos o no hacer nada por miedo son los puntos a los que no se debe
llegar.
Una pareja saludable disfrutará de sus impulsos pero también sabrá abstenerse,
encontrar el momento correcto, conversar, medir las consecuencias de sus actos
y cuidar del otro.
La única forma de
encontrar una relación saludable es jamás conformarse con menos. Si no, entrará
una vez más en el círculo vicioso.
Ser saludable con uno mismo, respetar lo que
piensa y lo que cree que se merece es el camino que debe seguir. La prioridad
siempre debe ser la pareja, es la única forma de relación madura y saludable.
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