El placer de vivir

No hay edad para disfrutar de la vida en su plenitud, sólo diferentes oportunidades en cada etapa de la vida. De nosotros depende aprovecharlas al máximo...

Volver a poner en marcha la maquinaria, recomenzar su vida, es algo serio. Requiere de pensamientos y acciones en creciente plenitud, satisfacción y seguridad. Pero ¿es esto suficiente?

Hemos discutido sobre la importancia de asegurarse de que sus opciones surjan de un lugar profundo, para ser capaces de sostener el esfuerzo requerido.

Ahora viene la próxima pregunta: ¿Cuánto placer y diversión encuentra en su vida cotidiana?

Puede que -gracias a que tiene buenas opciones disponibles, y quizás un poco de buena suerte- usted disfrute considerablemente de lo placentero de su trabajo.

Si no, se vuelve especialmente importante que usted considere -a esta altura-, volverse un poquito menos "responsable".

Usted podría considerar incluso tener alguna diversión, un poco de goce, un poco de alegría, incluso el puro placer en su vida, su trabajo, su ser entero.

Podría ser simplemente el momento de revancha para algunos de esos viejos "debería" y "tendría que", para entonces dar paso a alguna curiosidad, aventura, diversión, emprendimiento, y a sentirse vivo gracias al placer y la diversión.

La palabra responsable, además de los significados tradicionales, implica la habilidad de responder.

Quizás, siendo responsable pueda usted tener la posibilidad de responder al llamado de la vida, el llamado al movimiento, el llamado al placer en cada nivel.

Al final, tal vez, siendo menos responsable se termine siendo más sensible.

En notas anteriores le hemos impulsado a ir a un lugar más profundo para encontrar un "yo" más real y auténtico.

Pero ahora es momento de mirar la otra cara de la misma moneda; esa que podríamos llamar "el nivel exterior". 

El trabajo que viene del placer y brinda placer, es estar vivo con el propio ser, con su esencia.

Todos hemos oído la vieja expresión: "No mezclar el negocio con el placer".

Aparte del sentido obvio de no tener sexo con las personas con las que usted trabaja, estas palabras, demasiado a menudo, van directamente al inconsciente y tienen un considerable impacto en nuestro pensamiento, con las naturales consecuencias.

Yendo a un extremo, podemos inconscientemente considerar lo divertido y placentero como peligroso y por eso dejarlo fuera del lugar de trabajo.

El punto es que nuestro trabajo, nuestra carrera, nuestro negocio no debe estar desprovisto de placer.

El placer en y de su trabajo es la sangre que da vida y que energiza, que estimula y que crea, que permite -en síntesis- una vida plena.

En nuestra sociedad, premiamos a aquellos que pueden hacernos reír. Quizás sea tiempo de permitir que salga el "payaso" que vive dentro suyo, para disfrutar, para dar alegría.

Pregúntese si usted está abierto a permitir que su vida, su trabajo, se llene con más curiosidad, goce y diversión.

Pregúntese si usted está preparado para que su vida y su trabajo sean transformados por el placer.

Pruébelo. Podría gustarle.

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