Bifocales, trifocales…

Y otras opciones para cuando tenemos que alejar cada vez más el diario para poder leerlo

Bifocales 

El
nombre se refiere a los lentes que tienen dos puntos de foco, generalmente uno
para los objetos a distancia y otro para los que están cerca. Los bifocales son
los lentes multifocales más comúnmente prescriptos por los oftalmólogos. 

Una
pequeña parte del vidrio del lente bifocal está reservada para la corrección de
la visión de cerca. El resto del lente se usa generalmente para la corrección
de la visión a distancia, pero a veces directamente no tiene aumento, en el
caso de los que ven bien de lejos. 

La
parte del lente dedicada a la visión cercana puede adoptar diferentes formas: una
medialuna, un círculo, un área rectangular, o directamente la mitad inferior
del lente. Por lo general, se mira a través de la parte de visión a distancia
al dirigir la vista hacia adelante o hacia arriba, haciendo foco en elementos
que están alejados, y al mirar hacia abajo atravesamos la parte del lente
dedicada a la corrección de la visión cercana. 

Trifocales 

Estos
lentes tienen tres puntos de foco: para objetos a distancia larga, intermedia y
cercana. Los trifocales tienen una parte más sobre el lente bifocal, para poder
ver las cosas situadas a una distancia media. Un ejemplo de un objeto situado a
esta distancia sería un monitor de computadora. Quienes manejan un auto son
“clientes” ideales para este tipo de lentes, porque necesitan ver tanto a la
distancia –en varios grados de distancia– como más cerca (para percatarse de
los obstáculos en el camino o para leer un mapa, por ejemplo). 

Los
lentes trifocales se sitúan un poco más arriba que los bifocales, para que
cuando miremos directamente hacia delante atravesemos la línea del lente. Al
mirar hacia abajo, nuestros ojos automáticamente buscarán la parte del lente
usada para corregir la visión de cerca. 

Lentes
progresivos
 

Este
tipo de lentes, también conocidos como “bifocales sin líneas”, no sólo brindan
una corrección visual para distancias no alcanzadas por los bifocales comunes,
sino que también disimulan el hecho de que se necesitan lentes de leer. Nadie
notará si usamos lentes por una cuestión de moda o de necesidad imperiosa. 

Los
lentes progresivos son el artificio más parecido a la visión natural. Son más
que una simple corrección de la visión cercana y a distancia en un mismo lente. 
La progresividad brinda una transición relajada entre la cercanía, las
distancias medias y las lejanas, con todas las correcciones intermedias
incluidas. 

Esta graduación constante de la prescripción significa que podemos
tanto mirar hacia arriba para ver objetos lejanos, mirar hacia adelante para
leer el monitor de nuestra computadora (el ejemplo por excelencia de estos días
en cuanto a objetos situados a una distancia media) y luego hacia abajo para
leer algo bien de cerca con la mayor comodidad. 

En
este lente se combinan un gran número de curvas, para alcanzar la progresión
desde un área de foco a la siguiente. Estas curvas están graduadas
verticalmente en el centro del lente y son llevadas hacia los costados para ser
“fundidas” entre sí. A pesar de que estas áreas laterales de curvas combinadas
son eliminadas cuando los lentes son cortados para que pueden entrar en el
marco, algunas de ellas no pueden ser extraídas y pueden llegar a dificultar la
visión. 

Cada
área de foco es expandida de acuerda a la función específica para la que fue
diseñado cada lente. Algunos lentes progresivos están pensados para ser usados
ante una computadora, entonces tienen un área intermedia más amplia. Los que
son pensados para leer, por su parte, privilegian el área de visión cercana.
Siempre quien debe evaluar qué tipo de lente se ajusta más a nuestras
necesidades es nuestro oftalmólogo. 

Al
empezar a usar lentes progresivos, hay un pequeño período de adaptación. Éste
puede ser tanto de unos minutos como de algunos días. Aquellas personas que
tienen correcciones altas en ambos ojos suelen ser las que más dificultades
tienen al adaptarse a este tipo de lentes.