Si usted
está recibiendo un
tratamiento médico y nota síntomas inusuales, esto podría
ser un preanuncio de una interacción indeseable entre esa medicación y algún
alimento ingerido.
Ya que ambos comparten la misma vía de ingreso al cuerpo, uno de ellos
puede interferir o alterar el proceso por el cual el otro se
metaboliza.
Algunas drogas interfieren la capacidad de absorber nutrientes, asimismo,
algunas plantas o alimentos pueden llegar a disminuir o incrementar el trabajo
del medicamento.
Veamos algunos ejemplos:
· Las fibras dietéticas: afectan la absorción de ciertas drogas; la pectina
y otras fibras solubles enlentecen la absorción del acetaminofen (analgésico).
· El salvado: y otras fibras insolubles ocasionan lo mismo con la digoxina
( medicación para el corazón).
· El brócoli, la espinaca y otras verduras de hoja ricas en
vitamina K: si son consumidas en gran cantidad y con frecuencia, pueden oponerse a
la acción de medicamentos anti coagulantes.
· Todos sabemos que el alcohol: puede interactuar con los antidepresivos
, con los sedantes y con otras drogas que actúan sobre el Sistema
Nervioso Central.
El
té, el café, el chocolate y otras fuentes de cafeína:
aumentan el riesgo de reacciones adversas si se consumen durante el uso de teofilina ( usada en el tratamiento del asma).
Tengamos
también en cuenta que los peligros de
toxicidad aumentan cuando se trata de
pacientes de alto riesgo, como es el caso de personas con diabetes, en
hipertensos, en enfermos con altos niveles de colesterol y en aquellos que
sufren de enfermedad cardíaca congestiva; en todos ellos son esperables efectos
colaterales más intensos.