La
primera tentativa de vacunación
sistemática contra la viruela se debe a Edward
Jenner en 1796.

Se
necesitó un siglo para poder abordar y comprender el problema de la vacunación
gracias a Pasteur. Este último demostró no solamente el origen de las
enfermedades infecciosas, probando que podría protegerse contra ellas por medio
de la inyección de gérmenes atenuados que determinan una enfermedad benigna
inaparente, dejando una inmunidad activa, sólida y durable.

En
1885 Pasteur aplicó por primera vez al pequeño Joseph Meister, mordido por un
perro, el primer tratamiento antirrábico en post-exposición por una vacuna
cultivada sobre médula de conejo, habiendo hecho ya sus pruebas en perros.

De
allí en más, el cólera, el tifus, el coqueluche, la difteria, el tétanos, la
tuberculosis, la gripe y un sinnúmero de enfermedades pudieron ser prevenidas
mediante la vacunación.

¿Qué
vacunas son las indicadas en la 3° edad?

Generalmente
la vacunación en esta edad está descuidada y solamente es indicada durante un
viaje al extranjero.

Con
la edad, existe un envejecimiento inmunitario:

a)
Un déficit relativo de las respuestas inmunitarias en relación al niño y al
adulto joven.

b)
Una frecuencia y e intensidad creciente de los fenómenos de
autoinmunización.

Vacunación
antitetánica

El tétanos
es una enfermedad transmisible; sólo los sujetos vacunados están protegidos
contra ella y la inmunización en masa no puede proteger a los sujetos no
vacunados.

En
los últimos 20 años, en Europa y América, la tasa de morbimortalidad ha
disminuido significativamente.

No
existe contraindicación o límite superior de edad para esta vacunación; esto
determina una protección absoluta luego de 2 inyecciones a 1 mes de intervalo,
y una dosis de refuerzo 12 meses más tarde. Luego, el refuerzo es requerido
cada 10 años.

Existen
Estados, sobre todo en Francia, con pacientes mayores de 65 años, donde se
observa la eficacia serológica en función de la vacuna.