En
la década del ’60 hicieron furor entre los chicos de 6 a 12 años los autos
de carrera de plástico, que para su mejor desplazamiento eran sometidos a
verdaderos “trabajos de ingeniería” para mejorar su perfomance.
La
forma de los rodados era la de las clásicas cupé de la década del ´40. Su
forma era plástica y su interior hueco, lo que se aprovechaba para rellenar con
masilla para darle mayor peso. Sus ruedas plásticas originales eran desechadas
y reemplazadas por las tapas de frascos de penicilina, que eran de goma y le
daba mayor “serenidad” al vehículo.
La
preparación de los autos demandaba por lo menos dos días. Primero se recortaba
la parte superior o “la panza” del juguete, para rellenarlo de masilla. Para
darle mayor peso, algunos chicos le colocaban pedazos de plomo o tuercas
mezcladas con el relleno.
Después
de secarse el material, se le colocaban las ruedas y ya estaba listo para
competir.
Las
carreras se realizaban en los cordones de la vereda o en pistas construidas en
alguno de los muchos baldíos existentes en los barrios, pero este será tema de
un nuevo encuentro con “Los Juegos Olvidados”.