Para ser un buen padre

La educación de nuestros hijos es importante, pero más allá de eso, también queremos estar seguros de ser tan buenos padres como sea posible. Para ello, algunos consejos.

La presencia en nuestra infancia de un buen padre hace una diferencia fundamental. Cuando el padre se comporta como debe, el niño se siente fuerte y protegido, tiene un pilar en el que apoyarse, en el que encuentra fuerza, apoyo y, también, disciplina y reglas de conducta. Ser un buen padre no es un trabajo con horas fijas, sino que es una vocación de vida a la que debemos aplicarnos con toda alegría, pese a que sepamos que bien puede ser que nunca nadie nos agradezca nuestros esfuerzos.

Por supuesto que, cuando veamos a nuestro hijo crecer como un joven adulto responsable y estable, tendremos nuestra recompensa. 

Pero para ser buenos padres es necesario tener ciertas conductas que no son fáciles de seguir. Por ello, tenemos aquí algunos consejos que te pueden ayudar a conseguir que tu hijo tenga un gran padre. 

Disciplina 

Si bien es cierto que el buen padre ama a sus hijos por sobre todas las cosas, no es menos cierto que no por ello le permitirá hacer cualquier cosa.

El buen padre es también un buen disciplinador, que utiliza el amor para marcar conductas erróneas y castiga cuando debe. Sin embargo, lo hace usando la palabra y manteniendo la conducta correcta, dando el ejemplo, sin nunca usar la violencia física, de ninguna forma.

Además, no dará falsas recompensas por acciones que en realidad son parte de las obligaciones del niño. De esta forma enseñará lo que es la responsabilidad y que no se puede esperar una recompensa cada vez que uno hace algo que le corresponde hacer o que hace por ser una buena acción.

En este mismo ámbito, la responsabilidad de estudiar y prepararse para el futuro debe ser inculcada por el buen padre. 

Permite los errores 

El buen padre sabe que nadie es perfecto y que a los hijos se le debe permitir cometer errores, que estos mismos errores les ayudarán a crecer como personas y a desarrollarse con una mente y una vida propias.

Todos los errores que se pueden cometer, desde emborracharse a malgastar el dinero o tener problemas en el trabajo, son situaciones por las que debemos pasar, de las que aprendemos y que nos permiten desarrollarnos hasta el punto de ser parte de la sociedad.

El buen padre reconoce esto y, si bien no permitirá conductas erróneas repetidas a conciencia, aceptará que su hijo debe pasar por estas situaciones para poder llegar a convertirse en un adulto. 

Aceptación 

Un buen padre mantiene la mente abierta para aceptar que su hijo no es igual a él, y que los tiempos cambian y junto con ellos cambian las modas, la ropa, la música, los sueños y aspiraciones. Acepta esto y no trata de que su hijo sea igual a él o se atenga a un standard de aceptabilidad nacido en su propia juventud y lo que era aceptado en ese momento.

En otras palabras, permite que sus hijos vivan en el aquí y ahora, no en un pasado idealizado. 

Apreciación 

Nunca un buen padre permitirá que sus hijos piense que tienen asegurado todo, siempre tratara de inculcar el valor de los objetos y de cuánto debemos apreciar lo que tenemos y lo difícil que es de conseguir. Les enseñará también el valor del dinero y cuánto hay que trabajar para ganarlo, para que aprendan a no desperdiciarlo y  ano pensar que su padre es una máquina de hacer dinero. 

Diferencia 

Obviamente, un buen padre entiende que su hijo no es igual a él y que puede tomar decisiones distintas a las que él tomaría. Y entiende que estas decisiones no tienen que ser necesariamente erradas por ser diferentes.

Además, respeta las opiniones y valores de sus hijos, teniéndolos en cuenta siempre que es posible. 

Compartir 

El mayor placer de ser padre es pasar tiempo con los hijos, no solo para las actividades serias e importantes, sino también para divertirse juntos., ir al cine, jugar, pasear o ir al parque. De ninguna forma debemos privarnos de este placer que además es altamente beneficioso para el niño.

Por otro lado, un buen padre también está siempre disponible para hablar de cualquier tema que pueda preocupar a su hijo, de forma seria y tomándolo como el tema importante que sin duda es para él.

Y en cuanto a las obligaciones, también trata de hacerse un tiempo para ayudar con ellas, como por ejemplo con la tarea. 

Ejemplo 

Un buen padre guía más con el ejemplo que con las palabras o las órdenes. El viejo dicho “Haz lo que yo diga pero no lo que yo hago” no debe aplicarse de ninguna forma en esta situación. Se comportará exactamente de la forma que espera que se comporten sus hijos, ya sea cuando se relacionan con otro miembro de la familia o cuando actúan en sociedad. Por supuesto, esto incluye a los vicios como fumar o beber.

Y no se muestra avergonzado de sus sentimientos, demostrándolos siempre que puede, hacia su esposa y hacia sus hijos. No hay mejor forma de enseñar a ser afectuoso que siendo afectuoso uno mismo. 

Leal 

Además de leal, debe apoyar las opiniones de sus hijos y aceptarlas, aunque no coincida con las suyas. Debe ser leal a su esposa e hijos y, si bien puede desear que su hijo continúe en el negocio familiar, aceptar que él puede querer hacer otra cosa con su vida.

Debe defender a su familia públicamente, en cualquier momento que lo necesiten y cualquiera sea la razón. La disciplina es una cuestión privada y debe ser tratada en la privacidad del hogar, no enfrente de desconocidos.

Debe dar seguridad, para que sus hijos lo busquen en caso de tener algún tipo de problema. 

Desafíos 

También debe desafiar a sus hijos, para lograr que saquen lo mejor de sí mismos, darle pruebas que los ayuden a crecer como seres humanos y que viven en sociedad, permitiéndoles espacio para que enfrenten sus propios problemas y los resuelvan como mejor les parezca.

Y si de un negocio familiar se trata, les enseñará a sacar beneficios de él… pero sólo si ellos quieren realmente hacerse cargo de él. 

Maestro

Enseña a sus hijos lecciones, siendo la primera fuente de conocimiento con la que un chico se encuentra en su vida. Les enseñará todas las actitudes correctas para una persona, en honestidad, corrección, etiqueta, buenos modales, honor, buena voluntad, solidaridad y gratitud.

Además, siempre se hace cargo de las situaciones erróneas que vea en sus hijos, en el momento en que las ve, sin esquivarlas o dejarlas para más adelante, por muy inseguro que esté de cómo enfrentar la situación, muy cansado por el trabajo o simplemente falto de ganas. 

Protector 

El buen padre es el protector de la familia en toda circunstancia en que esta sufra de algún peligro. Hará lo que sea por su familia, irá a todos lados por protegerla y enfrentará cualquier peligro por ella.

De esta forma, enseñará a sus hijos cuánto los quiere y cuánto vale realmente el sacrificio personal por las cosas que realmente importan en la vida. 

Amor 

Finalmente, siempre mostrará su amor incondicional por su esposa e hijos. Esta es su mayor cualidad. No importa lo que haga y cuánto pueda eso no gustarle a su hijo, éste debe saber que lo hace por su bien y porque realmente lo ama por sobre todas las cosas. 

En conclusión, hay pocas cosas tan valiosas como un buen padre, por lo que debemos tratar de ser tan buenos como podamos.

Para aprender cómo expresar y controlar tus emociones, inscríbete ahora en nuestro curso gratis haciendo clic aquí.