Este
era un juego que comenzaba sencillo pero terminaba complicado, en la medida que
la “mancha” afectara a alguien en una posición incómoda.
Se iniciaba luego de
la consabida “cuenta” para ver quién sería la mancha y a partir de ahí… todos
a correr para no ser manchados.
Cuando “la mancha” tocaba a alguien, este
automáticamente se convertía en la mancha que debería alcanzar a alguno de los
jugadores para tocarlo (mancharlo), pero como novedad y diferencia de otras
manchas, el envenenamiento consistía en correr tocándose con una mano
permanentemente la zona en que había sido manchado, lo que obviamente
dificultaba su carrera.
OTROS TIEMPOS
En fin, eran otros
tiempos en los que la computación y la cibernética no figuraba aún ni siquiera
en el pensamiento de los chicos que se preocupaban por ser los protagonistas
directos de los juegos de la época. Eran los artesanos de los juguetes que por
los presupuestos de sus padres no podían alcanzar.