Amos de casa

El nuevo rol de los hombres

Tiempos
de crisis

Con
los nuevos tiempos y la crisis económica son muchos los hombres que perdieron
sus empleos, y las mujeres que se convirtieron en la principal ayuda para
mantener el hogar. Debido a esto, ellos tuvieron que aprender a realizar las
tareas de mantenimiento del hogar y encargarse del cuidado de los chicos.

Históricamente
la mujer era la que se ocupaba de todo lo referido al hogar, pero hoy en día
esa tendencia fue cambiando y los roles se fueron invirtiendo.

Para
muchos el perder el trabajo es lo peor que les puede suceder. Encima es muy difícil
poder reinsertarse en el ámbito laboral cuando se pasa la barrera de los 40 años.
Por eso muchas mujeres comenzaron a ser el principal sostén económico y los
hombres tuvieron que aprender a ser “amos de casa”.

¿Qué
es ser un amo de casa? 

Es
encargarse de limpiar, cocinar, hacer las compras, llevar los chicos al colegio,
planchar, y todas las actividades que antes eran exclusivas de la mujer.

Muchos
sienten cierta vergüenza por esta situación en la que viven, son muy pocos los
que se animan a reconocer que se hacen cargo de los quehaceres domésticos.
Comienzan a deprimirse, y bajo ningún motivo pueden aceptar no ser más el
proveedor de dinero y único responsable del bienestar familiar.

Pero
aunque no lo reconozcan abiertamente, muchos en realidad se sienten orgullosos
de poder ayudar a que sus esposas no carguen con todo.

Muchos
hombres, incluso, tienen una practicidad mayor que la mujer a la hora de cuidar
la casa.
Y, aunque cuesta un poco, siempre el hombre puede aprender a cocinar, planchar,
lavar, a hacer de padre y madre a la vez.

También
la separación


También
se dan otras situaciones como maridos abandonados por sus mujeres u hombres
divorciados que tienen que cumplir los dos roles a la vez.

En
realidad la regla implícita ante una separación es que los chicos deben vivir
con la madre. Pero últimamente esta tendencia se fue revirtiendo y cada vez son
más los jóvenes que prefieren convivir con sus padres. Igualmente esta
tendencia se da más con hijos en edad adolescente.

Pero
hoy en día muchos

hombres divorciados tratan de hacer lo posible para que sus hijos se queden con
ellos y no se vayan a vivir con sus madres.

Los
hombres a veces tienden a sobreproteger a sus hijos, quieren estar en todos los
detalles, aún más que las madres que poseen otro instinto para saber si sus
hijos están bien o no.

Lo
que más se les critica a los hombres es que les cuesta expresar sus
sentimientos. Sin embargo, en las situaciones extremas cuando la madre está
ausente, estos estereotipos se caen, y prevalece el padre cuidador y expresivo.

Para
estos nuevos amos de casa no sirve sólo dejar plata en la casa y nada más.
Sino que también hay que dedicarles tiempo a los hijos y estar al tanto de todo
lo que les ocurre.

Para
los chicos “papá en casa, mamá afuera” es un aprendizaje difícil. Más aún
cuando tienen compañeros de colegio que viven la situación inversa. Es una
cuestión de aprendizaje de ambas partes, tanto del niño como del padre.

El
lado femenino de todo hombre


Si
bien las mujeres tienen una condición natural para ser madres, los hombres
deben aprender todos los días.

Los
menos preocupados económicamente, prefieren que todos los quehaceres domésticos
los haga alguna mucama y ellos les dedican el tiempo completo a sus hijos.
Obviamente estos son los menos.

Los
hombres que se dedican a sus casas e hijos- ya sea por el desempleo o por una
separación- fueron desarrollando cada vez más sus aspectos femeninos.

Lavar,
planchar, cocinar, proteger, mimar a los chicos, hablar abiertamente de
cualquier tema, dejar salir afuera sus emociones, aceptar que la mujer sea el
sostén económico de la familia y el hombre el soporte afectivo son las causas
por las que el hombre tuvo que cambiar y no ser más el padre seguro y proveedor
del alimento.

La
estructura familiar fue cambiando. Las mujeres de hoy en día, antes de ponerse
en pareja con alguien buscan hombres independientes que sepan encargarse de las
tareas cotidianas y de los quehaceres domésticos. Que las ayuden en todo y que
apoyen sus actividades laborales.



A
muchos hombres los inhibe el hecho de que la mujer sea más exitosa o
responsable que ellos, y lo primero que atinan a hacer es a retraerse. Encima
muchas mujeres los desvalorizan, lo que potencia aún más esa reacción.

Los
más detallistas hasta realizan cursos, como por ejemplo de cocina, para ir
perfeccionándose.

Los
hijos son lo más importante a la hora de elegir lo mejor de sus vidas, por eso
hacen todo lo posible para que ellos no sientan la ausencia de sus madres.

También
está el otro extremo: son los hombres que se encargan de sus hijos, pero no
realizan ninguna tarea hogareña. En estos casos la mayoría de las veces es la
mujer la que termina cansándose y es un fuerte motivo de pelea.

Lo
que fue cambiando es la mentalidad del hombre, que ya no cree en ser sólo
proveedor del bienestar, sino que también debe ser un buen padre y un buen
marido, trabajando a la par de su mujer en la cotidianeidad.

Ponerse
al mando de una casa es algo que no le hará perder su masculinidad, todo lo
contrario, ya que para hacerse cargo de los quehaceres domésticos se necesita
desarrollar habilidades que cualquier trabajo hoy en día requiere: como por
ejemplo elaborar un presupuesto para saber cómo y en qué gastar el dinero,
organizar horarios, cuidar personas, etc. cosas que cualquier profesional hace
diariamente en su respectivo trabajo.

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