¿Qué sería de París sin sus cafés?

Guía para disfrutar de los cafés y bistros de París


París se
distingue por algo que la
recorre de punta a punta: sus cafés.



Gracias a ellos -desde
los nombres hasta los menúes que ofrecen- se puede disfrutar de toda una ciudad
sólo conociéndolos.


Para
muchos el café se fue convirtiendo en una extensión del salón de su casa,
donde pueden leer el diario, escribir cartas, mandar mails con la computadora
portátil o simplemente juntarse con amigos a charlar de la vida.


En
París van desde las más exclusivas experciencias -como ejemplo desayunar en el
Café Marly- hasta los menos elegantes. Pero en todos se disfruta la cordialidad
y el servicio franceses.


Variadas
son las ofertas. Desde un simple café, pasando por desayunos (petit déjeneur),
helados (glaces) en pleno invierno o chocolate en verano; las incontables
delicias de sus patisseries (masas y tortas a toda hora), una copa de vino o
cerveza, hasta el más exclusivo champagne.


En
cuanto a comidas la lista es muy amplia. Ensaladas (plaga dietética universal),
huevos, quesos calientes y fríos (incluyendo el característico chêvre, o queso
de cabra), la sopa de la noche o el famoso sándwich sellado (Croque Monsieur),
pasando por crêpes y mousses.


La
variedad de los locales es amplia. Hay algunos que son imponentes, con
terrazas vidriadas en los grandes boulevares, o algunos pequeños con pocas
mesas en las esquinas de los 20 distritos en los que se divide esta ciudad.


También
existen los bares o pubs en los cuales la gente consume en las grandes barras
de parado (importados de Inglaterra). Algunos hasta se le animan a la discoteca
como el famoso Budha Bar. Después vienen los que se especializan enservir cerveza (las brasseries) y otros bistrós, salones de té, etc.


Los que
se diferencian en precio y exclusividad son los grandes restaurantes, porque no
se trata de “picar” algo al paso sino de dedicarle horas al almuerzo.


Lo que
no cambia desde fines del siglo XIX es la gente que atiende y su atuendo. Los
camareros utilizan un pantalón negro, camisa blanca, moño, chaleco con muchos
bolsillos y delantal blanco que llega hasta los pies. Todos participan en una
famosa carrera con sus bandejas, que se realiza todos los años.


Además
son muy serviciales y amables, y no se le ocurra dejar propina (pourboire) ya
que no la aceptan porque está incluida en el precio final… salvo que se trate
de locales “modernos” que se han subido a la moda universal de que los
camareros/as (generalmente jóvenes estudiantes) trabajen por la propina.


La
decoración también es importante. El rojo es el color predominante en todos los
lugares, hasta en los de comidas rápidas como McDonald’s lo respetan. También
se utilizan muchos espejos biselados sobre las paredes y columnasr,
sillones de alto respaldo y tapizados encarnados sobre las paredes mantienen la
atmósfera.


La iluminación es muy cuidada también. Y cada
barrio mantiene un estilo particular.


En
varios cafés de la ciudad se pueden adquirir souvenires con los logos del café.
Platos, ceniceros, copas, etc. No son baratos pero constituyen recuerdo muy
buscado por los turistas. Por ejemplo un destapador como el que utilizan los
camareros cuesta unos 8 euros. Hasta muebles se pueden comprar y recibirlos en
el domicilio, pero una silla cuesta unos 735 euros y una mesita unos 495.



Le Procope,
el café pionero


Francesco
Procopio creó en 1672 el primer café de París, luego de llegar de Italia. En un
principio vendía helados y café al mismo tiempo en que mezclaba hierbas y
especias en licores y aguardientes.


Entre
sus parroquianos se encontraban grandes personajes como Molière, La Fontaine,
Racine, Voltaire, Rousseau. Hasta Julio Cortázar se sentó en sus mesas.



Además
de los bares clásicos, como el café de la Paix, se pueden recomendar otros:



1.


El café
de la feria de la rue Mouffetard, entre Censier y Thovin (con el metro hasta la
estación Censier).



2.

La
terraza de L’Institut du Monde Arabe en 23 Quai St. Bernard (metro: estación
Jussieu).



3.


Café
Blue en el subsuelo de la Boutique Lanvin, 15 rue du Faubourg St. Honore y rue
Boissy-D’Anglas(metro: estación Concorde).



4.


A Priori
The, en el pasaje de la Galería Vivienne, 6 rue Vivienne (metro: Bourse).



5.

L’Escluse,
bar de vinos con varios locales.

15 place Madeleine
(metro: Madeleine).



6.


Le
Train Blue, en estación Lyon. Ir al bar que está al lado del restaurante (metro:
Gare de Lyon).



7.


Le
Samaritaine, 19 rue de la Monnaie (metro: Pont Neuf).



8.

Rue de
Lappe, con la sucesión de bares y lugares de tapas en una auténtica
coproducción franco española (metro: La Bastilla).



9.


Georges,
en el Centro Pompidou (metro: Rambuteau).



10.


Cualquier
bar que se encuentre frente a su hotel.

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