La curiosa: Es la que besa con los ojos
abiertos y estudia las reacciones del flaco.
La daltónica: Porque besa a los viejos
verdes pensando que son príncipes azules.
La bocona: Para poder embocarle un beso la
tenés que sorprender cuando está silbando.
La antiséptica: Aprieta y cierra bien los
labios porque teme contagiarse las caries y la piorrea de los tipos.
La Alien Cuatro: Recomendable para
cinéfilos, porque en cinco segundos les recuerda a Hannibal, la rubia de
Especies y El Beso de la Mujer Araña.
La “Embajadora”: La que más nos gusta a los
hombres, porque empieza besándote las orejas, sigue por la boca, el mentón, la
“nuez de Adán” y baja, baja, baja………. siempre baja.
La Nicolino Locche: Porque te esquiva todos
los besos que le tiras a la boca y solo te ofrece la mejilla. Típica muestra del
“te veo solo como amigo”.
La Judas Iscariote: Te besa pensando en
otro (actual o del pasado).
La analfabeta: Nunca aprende a besar,
siempre para ella es como la primera vez, te muerde lastimándote o te babosea o
te deja marcas de lápiz labial hasta en los expedientes X.
La Idealista: Es la que en el juego amoroso
le besa las manos al varón, como parte de su ensueño. Un mes después lo ve tal
cuál es y no quiere besarlo ni en la frente.
La bombonera: Porque da besos cortitos y
rápidos como bocaditos de chocolate, y porque igual que la cancha de Boca, a sus
amores un día los hace reír y otro días los hace llorar.
La plomera: Se prende a la boca del fulano
como sopapa de goma y cuando lo suelta escupe los cálculos que él tenía en la
vesícula.
La pajarita: Solo da piquitos, como si
comiera alpiste, y cuando le querés dar un beso en serio se niega manifestando
que le duele el cuello como si hubiera recibido un golpe de Bruce Lee.
La amnésica: Después de cuatro cervezas es
capaz de besar a Freddy Krugger. Es la típica “no sé qué me pasó” al día
siguiente.
La sepulcral: No es recomendable besarla al
amanecer, apenas despierta. Aunque uno esté desanimado no es el mejor momento
para pedirle que te “de aliento”.
La que te ama de veras: En cada beso nos
dice te quiero. Es la que con un beso nos reconcilia con la vida, con las
mujeres, y hasta con Dios. ¡Qué peso tiene su beso!
Enviado por Lilian.
¡Muchas gracias!
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