¿Hasta dormir lo hace sentir
cansado? A mucha gente le sucede lo mismo. De hecho, más de dos millones de
personas de todas las edades y niveles de educación sufren de fatiga pronunciada
que puede durar más de seis meses.
Estar agotado no es más algo
exclusivo de superestresados hombres de negocios. La fatiga afecta a todos:
ricos y pobres, educados y no educados, y trabajadores de toda clase. Y nos pasa
factura emocional y físicamente.
Razones
para el cansancio
La primera razón por la cual
estamos tan cansados es la dieta estándar hoy en día, que incluye mucho azúcar
y harina blanca, y casi nada de fibra.
Si no se duerme lo
suficiente, de ocho a nueve horas por noche, nos dolerá el cuerpo, aumentaremos
de peso y luciremos avejentados. Al estar dormidos es cuando fabricamos la
hormona de crecimiento humano tan en boga hoy en día para combatir el
envejecimiento. El sueño, el sexo y el ejercicio también contribuyen a su
producción, y necesitamos de todos ellos.
Otro factor que conduce al
cansancio es el estrés. Vivimos a pura adrenalina, que se supone debe utilizarse
solamente para reacciones a corto plazo, y eso tiene un alto costo para nuestro
organismo. Vinculado a esto se encuentran ciertas actitudes que nos
autoconvencen de que no hay otra salida: “estoy tan ocupado”, “no me alcanza el
tiempo para nada”, etc., al igual que perder de vista cuáles son las cosas
realmente importantes.
En suma, es todo
consecuencia de no cuidar de nosotros mismos como se debe.
Pausas
energizantes
La clave para estar mejor
pueden ser pausas energizantes de 10 minutos a lo largo del día. Tomarse
estos descansos cada 90 minutos o dos horas es lo ideal, por ejemplo:
– Masajes en el lóbulo de la
oreja. Frotar la oreja, desde el lóbulo hasta la punta, con un movimiento que
efectúe una ligera presión
– Tomarse un tiempo para uno mismo. Levantarse del
escritorio, dejar el teléfono celular, y hacer una caminata. Al caminar, pensar
en cosas por las que estar agradecido. El mejor momento, agrega, es justo
después del almuerzo, ya que caminar duplica los procesos metabólicos.
– Si la boca y los labios se
sienten secos, beber un vaso de agua.
– Una simple taza de té
puede constituir un descanso energizante.
– Comer un pequeño
tentempié. Si su cuerpo le está pidiendo a los gritos algo de comida es porque
la cosa va en serio.
– Tomarse un descanso
silencioso. Diez minutos de silencio son un gran energizante. Inhalar y exhalar
usando técnicas de respiración diafragmáticas (sentir los pulmones llenándose
desde el fondo, lo que significa que su estómago empuja hacia fuera la
inhalación). Al inhalar, pensar en la sílaba “So”, mantenerla por tres segundos
y luego exhalar pensando en la sílaba “Hum”. “So-hum, so-hum” es la secuencia
deseada. O se puede pensar directamente: “energía adentro”, y “negatividad
afuera”. Repetir este ejercicio durante diez minutos.
Evitando a
los “chupasangre”
Todos conocemos a personas
que chupan la energía de los demás: los que se quejan, los que hablan a nuestras
espaldas. Pero sólo nos veremos afectados por ellos si nuestro propio nivel de
energía está bajo. Hay que concentrarse en la propia energía y lo demás
desaparecerá.
Por supuesto, si nos
sentimos bien y estos vampiros de energía se nos presentan en la forma de
maridos, esposas o personas cercanas, podemos tratar de hablar con ellos sobre
el tema. No es imposible ayudarlos a cambiar. Podemos enseñarle a la gente cómo
tratarnos.
Tampoco son buenos los
alivios de corto plazo, como la cuarta taza de café, gaseosas llenas de cafeína,
bebidas energizantes, o una golosina. Se puede pedir prestada la energía, pero
tarde o temprano tendremos un precio que pagar.
Otros
consejos útiles
– No saltearse el desayuno
– Hacer pequeñas comidas a lo largo del día
– Llamar a un amigo
– Contar chistes
– Dormir de noche
– Apagar el teléfono celular.
Todas estas técnicas
pueden aumentar su creatividad, además de su energía.
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