Si le preguntaran a
cualquier empleado cuál es el día de la semana que más detesta, probablemente
elegiría el lunes. Pero ¿qué es lo que hace a este día tan desagradable? ¿No se
supone que marca el inicio de una nueva semana de trabajo y nuevos desafíos?
Usted ve una pila de
carpetas apiladas en su escritorio y su primera reacción es correr gritando con
su camisa sobre su cabeza. Aunque pueda sonar como la solución perfecta en el
momento, probablemente no lo sea.
Aquí le damos algunos
consejos para no perder la cabeza, convertirse en un fóbico al trabajo o hacer
algo que después lamentaremos.
La locura
de los lunes
Entonces… ¿qué se puede
hacer para evitar la gran depresión de los lunes por la mañana? Prestar mucha
atención a los siguientes datos puede ser un buen punto de partida.
No se
sienta abrumado
Cuando las emociones
negativas se confunden con los asuntos de negocio, nada positivo sale de ello.
No solamente nublará su entendimiento, probablemente teñirá su motivación y
detendrá su productividad.
Sepa qué
esperar
Si llegamos a nuestro
escritorio cada semana para comenzar con nuestro trabajo con la idea de que no
va a quedar nada pendiente, nos encontraremos con una sorpresa desagradable.
No sólo nos estamos
decepcionando a nosotros mismo, sino que además seremos responsables de montar
toda una escena cuyo único final posible es una gran decepción. Siempre hay que
estar preparado ante la posibilidad de que surjan cosas de último momento.
Tenga
listas las cosas más urgentes… para ayer
Si el presidente del banco
de manera personal devuelve un llamado concerniente a la posibilidad de una
línea de crédito extendida para su compañía, devuélvale el llamado lo más rápido
posible.
No desperdicie lo que,
potencialmente, puede ayudar al crecimiento de su firma y a su expansión. Cuide
las tareas importantes hoy; las cosas más pequeñas pueden esperar.
Priorice
sus tareas
Cada tarea tiene un grado de
importancia cuando se compara con el resto. Use esto como lema para su quehacer
cotidiano. Si la tarea en cuestión puede hacer la diferencia entre que la
compañía pegue un salto de calidad o deje de existir, no la postergue.
En otras palabras, responda
a las necesidades de su primer cliente antes de tomarse el tiempo de limpiar el
horno a microondas de la oficina, si es la semana para hacerlo. Priorizar es la
palabra, ni más ni menos.
Siempre
tenga anotada la lista de cosas para hacer
Tomar nota de sus tareas
corrientes lo tranquilizará, así como también le permitirá progresar en su
trabajo a ritmo constante, sin lugar para la improvisación. Preparar una lista
standard diaria o semanal, y actualícela con las nuevas tareas que se van
agregando por el camino.
Termine
las cosas los viernes
Si cada lunes a la mañana es
una montaña rusa de emociones con final abierto, es porque algo se está haciendo
mal. Termine de hacer las cosas del viernes durante el mismo viernes.
No tenga miedo de trabajar
un ratito extra justo antes del fin de semana; ponga en claro cuáles son las
tareas incompletas y hágalas, para luego poder disfrutar de sus días de descanso
hasta su regreso.
Planee las
emergencias
Como los nuevos proyectos
constantemente tienen idas y venidas, tenga en cuenta por adelantado la
posibilidad de posponer su tarea habitual para dar los toques finales a asuntos
más importantes.
Para solucionar este tipo de
coyunturas se debe reservar un estimado de alrededor del 10-15% de su tiempo
semanal.
Encare las
tareas
a medida que vayan llegando
Manejar los problemas de
cada día no es algo que usted pueda sentarse y planear. Tiene que manejarse con
eventos inesperados a medida que van llegando.
Haga una
caminata en la mitad del día
Trabajar seguido durante
todo el día no es la mejor manera de pasar el lunes.
Hacerlo así solamente puede
bajar su eficiencia y hundir su mentalidad. Haga un paseo por el parque, tome su
almuerzo y aprecie el aire libre.
Conozca
sus límites
Aún un empleado modelo tiene
limitaciones cuando llega a trabajar. Apilar el trabajo daña la moral y puede
enviar a cualquier empleado a un camino sin retorno. Si realmente siente que es
demasiado trabajo para usted, dígaselo a su jefe.
Los superiores serán
comprensivos si explica que, simplemente, hay demasiado en su plato. Recuerde,
alguna vez estuvieron en sus zapatos y pueden sentirse identificados.
De vuelta
al trabajo
Tomarse un tiempo para
ordenar las cosas el lunes le traerá algún orden el resto de la semana. Planear
sus actividades con la mencionada lista de cosas pondrá las ruedas en movimiento
de una manera bien aceitada, lo que resultará en mínimas cantidades de úlceras y
dolores de cabeza.
Muchas veces, gastamos tanto
tiempo contemplando lo que debe ser hecho más que lo que realmente hay que
hacer. Mire las cosas desde arriba y piense las cosas siempre en términos de
progreso.
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