Cómo no dejar para mañana lo que se puede hacer hoy

Una de las frases más utilizadas en el mundo de hoy es: ”mañana lo haré”. ¿Y cuál es el problema? Pues bien, cuanto más postergue las cosas y las patee para adelante, más se agrandan las posibilidades de hacer el trabajo descuidadamente o –peor aún– directamente de no hacerlo.

Esta tendencia a la postergación puede aplicarse a cada aspecto de su vida. Es así: si usted tiene tendencia a “patear” las cosas hacia delante, existen también posibilidades de que adopte esta conducta esto también en su vida social y profesional.  

Y una vez que se convierte en un hábito, es difícil de erradicar. 

Pero no es para preocuparse: se puede corregir esta tendencia simplemente siguiendo unos consejos… ¡y empezando a hacerlo ahora! 

Ordenándose 

Una gran parte de la receta para hacer las cosas ordenadamente parte del manejo de los propios tiempos y tener buenas aptitudes para controlarse a uno mismo. Para hacer esto, se necesita tener una agenda, y marcar en ella todas las fechas y eventos importantes. 

Haga horarios diariamente y cree listas de cosas para hacer, pero asegúrese de respetarlas a rajatabla o se volverán virtualmente inútiles. Programe su día de acuerdo a los compromisos y tareas, pero sea realista.  

Si tiene compromisos de la mañana a la noche en un día determinado, no espere tener tiempo para trabajar en el informe que le asignaron. No se puede hacer todo junto y bien. 

Otro consejo atendible para una mejor organización es repartir su propio tiempo para trabajar en cosas cuando sabe que puede rendir más, ser más productivo.  

Si usted es una persona que trabaja mejor por las mañanas, haga un esfuerzo para ir a trabajar cuando despunta el alba, y si sabe que explota de energía justo después de su almuerzo, agende la mayoría de su tarea intimidante después de haber engullido un emparedado en la cafetería. 

Planifique 

Marcando todas las fechas importantes y plazos en el calendario, podrá visualizar exactamente cuales son los períodos de mayor actividad, y cuáles no revisten mayores inconvenientes. Planee y agende su tiempo de acuerdo a ello. 

Si no es realista, no alcanzará sus metas. Así de simple 

Limítese a los objetivos trazados 

Su jefe llega a la oficina para básicamente descargar un informe de mil hojas sobre su escritorio (y después se pregunta por qué siente que nunca es bienvenido…).  

Usted tiene una semana para completarlo, y la única cosa que pasa por su cabeza es que nunca podrá hacerlo. Una vez superado el ataque de pánico, comienza a planificar exactamente cuándo va a abordar el trabajo. 

Si fragmenta la aparentemente ciclópea tarea que tiene frente a sí en pequeñas unidades, no lo asustará más. Siéntese cada día con la idea de terminar el trabajo, tratando de arrancar lo más temprano posible y siempre dentro de expectativas realistas).  

Trate de tener el grueso del trabajo hecho casi todo, para dejar lugar para cualquier imprevisto. 

Póngase plazos 

Fije claramente qué logros debe alcanzar para una cierta fecha para poner más dirección y perspectiva en sus metas. Sea estricto consigo mismo en lo que refiere a estos límites.  

Usted no está de vuelta en la escuela y su maestro no le va a revisar su tarea para el hogar todos los días, necesita conocerse a sí mismo y tener disciplina. 

Formas de respetar los plazos fijados 

Cuéntele a sus amigos 

Si le cuenta a sus amigos que tiene un cierto proyecto con a límites específicos, sus amigos o familia están seguros de preguntar, periódicamente, cómo va todo.  

Ellos introducirán el factor culpa y servirán como un recordatorio de que usted está evitando hacer lo que necesita ser hecho. 

El camino de los post-it 

Pegue autoadhesivos post-it o pequeños memos con límites importantes a los que quiere llegar en lugares claves. Si usted quiere terminar un informe con una fecha cierta, ubique memos en su monitor, tablero del auto o en cualquier parte en donde esté seguro de verlo durante el día. 

Use recordatorios 

Programe su computadora o Palm Pilot para recordarle la meta deseada. 

Evite distracciones 

No se boicotee, convirtiéndose en el primer obstáculo para usted mismo. Si usted sabe que el teléfono o las invitaciones espontáneas lo distraen fácilmente, no levante el tubo del teléfono mientras esté trabajando y monitoree sus llamadas.  

Si sabe que ama la televisión y es amigo del control remoto, no trabaje frente a la caja boba. Si está trabajando en la computadora, no entre en su servicio de mensajes instantáneo o deje abierta su casilla de correo electrónico. 

Recompénsese a usted mismo 

Por el otro lado, si usted reserva dos horas de su trabajo para un proyecto y lo hizo en forma diligente, o aún mejor, terminó lo que tenía que hacer, recompénsese viendo su película favorita o saliendo con los muchachos. 

Castíguese a usted mismo 

Contrariamente, si ha dejado algo para hacer a último momento, no se permita ser indulgente con una nueva compra, o confínese a una noche estando en casa… sin compañía. 

Disciplina 

Todo se reduce a la autodisciplina y el poder de la voluntad. Nadie va a revolotear sobre su hombro asegurándole que ha completado lo que quiera que tenga en su cabeza… nadie excepto usted mismo.  

La próxima vez que pase la noche en vela por su “ya lo voy a hacer”, o sienta la carga del stress por su demora en sus tareas, piense acerca de ese momento y trate de internalizarlo para que no se repita seguido. 

Entonces, cuando se enfrente con las metas y las tareas, recuerde ese sentimiento de arrepentimiento de cuando no actúa rápido- puede ayudarlo a evitarlo la próxima vez. 

Hablando de “próxima vez”, trate de borrar esa expresión de su vocabulario a menos que esa próxima vez se convierta en “esta vez”.  

Recuerde, no hay otro momento más que el presente, y siguiendo las cosas de cerca para que vayan bien, siempre estará un paso adelante en el futuro. 

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