Nutrición y cáncer de próstata

El cáncer de próstata es un gran miedo de muchos hombres. Para terminar con algunas confusiones, le explicamos la relación entre lo que usted come y este tipo de cáncer



Nutrición y cáncer de próstata


El cáncer es, como probablemente sabemos, una proliferación acelerada,
desordenada e incontrolada de las células de un
tejido que invaden, desplazan y destruyen, localmente y a distancia, otros
tejidos sanos del organismo.

 


Por otro lado, la próstata es un órgano glandular del
aparato genitourinario, exclusivo de los hombres, con forma de castaña,
localizada enfrente del recto, debajo y a la salida de la vejiga urinaria.

 


Es una glándula, que contiene células glandulares que producen parte del líquido
seminal que protege y nutre a los espermatozoides que contiene el semen. Justo
encima y a los lados de la glándula prostática se encuentran las vesículas
seminales que producen la mayoría del líquido seminal. La próstata rodea la
primera parte de la uretra, un conducto por el que circula la orina y el semen
hasta el pene.

 

En particular, de
lo que nos interesa hablar en este momento es de cual es la relación que existe
entre la alimentación, la dieta que estamos acostumbrados a consumir de forma
habitual y las posibilidades de que se genere un cáncer de próstata.

 

Porque
constantemente estamos siendo bombardeados por informes y nuevas investigaciones
que nos marcan que existe algún tipo de relación directa entre lo que consumimos
y el cáncer.

 

De esta forma,
escuchamos hablar de alimentos cancerígenos, de otros que nos ayudarán a evitar
desarrollar algún tipo de melanoma maligno y de toda una serie de informaciones
que probablemente no tenemos del todo claro y que solo pueden servirnos para
dejarnos aun más confusos.

 


La ciencia medica, lamentablemente, no esta tan avanzada en la investigación de
estos temas como seria útil que lo estuviese. No es que no sepamos nada (hay
bastante que se sabe y mucho de eso lo estaremos hablando a lo largo de este
articulo) pero la verdad es que hay que reconocer que estamos en los comienzos
nada mas de todo lo que en algún momento podemos llegar a saber.

 


Los científicos
investigadores continuamente están realizando nuevos descubrimientos en esta
área, así que es común estar un poco desactualizado. Uno de los grandes
problemas que esto nos genera es una cierta partición en los conocimientos que
tenemos, que provienen de diferentes fuentes y de diferentes artículos que vamos
leyendo, sin que en realidad haya una unidad de todo que nos permita ponerlos en
funcionamiento de forma productiva.


 


Lo único que es absolutamente seguro y que esta siendo confirmado continuamente
por todos los estudios médicos que se realizan, es que existe alguna relación
directa entre lo que comemos, la forma en que nos nutrimos y con que; y la
inclusión o no en un grupo de riesgo con respecto al cáncer.

 


En este articulo, entonces, apuntamos a eso, a hacer un repaso de todos estos
conocimientos y datos que se encuentran dando vueltas, para despejar todas las
dudas que podamos con respecto a la relación exacta que existe entre la dieta,
los alimentos que consumimos, nuestro estilo de vida en general y la
posibilidad, mas o menos certera, de que podamos en algún momento desarrollar un
tipo de cáncer de próstata.

 


Una aclaración importante a hacer es que toda esta información esta
constantemente sometida a cambios, a medida que nuevos datos salen a la luz. Aun
así, es útil y puede hacernos mucho bien.

 


Simplemente hay que mantenernos conscientes de que existe la posibilidad de que
el día de mañana nos enteremos que algunas cosas son ligeramente distintas o
totalmente diferentes y no es que esto que estamos por decir sea erróneo, sino
que siempre esta abierto a la posibilidad de expansión, cambio y agregado de
nuevos datos complementarios.

 


Fijémonos, sino, en que ya desde el tiempo de nuestras abuelas se nos
recomendaba comer vegetales y seguir ciertas rutinas para tener una mejor salud.

 


Podemos considerar que eso estaba bien, s
ólo
que ahora se sabe mucho m
ás
y esto permite que tengamos más cosas a las que prestar atención y mayores
posibilidades de realmente estar actuando de una forma que nos resulte
beneficiosa.



 



El programa


 

Lo primero que nos
sentimos en la obligación de decir, para no estar creando falsas expectativas ni
creando la idea de que las cosas van a ser muy distintas de lo que en realidad
van a ser, es que no es simplemente cuestión de hacer un cambio en nuestra
dieta.

 

No nos vamos a
encontrar en este articulo tan solo una larga lista de alimentos que son buenos
y alimentos que son malos (de hecho, más que una lista, lo que vamos a tener un
poco más adelante es una serie de consejos prácticos que nos permitirán
acomodarnos más correctamente en cuanto a la nutrición) sino que también hay
toda una serie de consejos e ideas a las que hay que prestar atención, que van
más allá de que es lo que consumimos específicamente.

 


Una dieta no es, en sí misma, una solución. Todas necesitan ser acompañadas de
un cambio de actitud, de nuevas formas de enfrentarnos al día a día. Por lo
tanto esto se trata mas de una especie de programa que nos permita cuidarnos de
la forma correcta.

 


En esta primer parte del articulo, y antes de introducirnos en los alimentos
específicamente, lo que vamos a ver es una serie de consejos relacionados con
esto que anteriormente definíamos como “programa”.

 


Son bastante comunes a la mayor parte de las dietas, más allá de que sean por
motivos de salud (como en este caso) o de aquellas dietas pensadas
exclusivamente para perder peso. Igual, hay algunas que son bastante especificas
de la necesidad a la que nos estamos dedicando en este momento y sino nos
enfocaremos en aquello que nos interesa para el tema de este articulo.

 


Veamos estos consejos:

 




Ejercicio:


El ejercicio es vital para cualquier tipo de intento de mejorar nuestro estado.
El mejor que podemos hacer en este caso es simplemente caminar, por lo menos
cincuenta/sesenta minutos por día, con ritmo mantenido y haciéndolo, obviamente,
de forma regular, no solo una vez cada tanto.

 




Ingreso de calorías:


La idea es limitar el ingreso de calorías en el organismo. El exceso de
calorías, se ha demostrado, es terriblemente perjudicial, ayudando al
crecimiento de tejido cancerígeno. Nunca hay que comer por comer, empacharse de
comida tan solo por hacerlo, sino que la idea es consumir la cantidad de
calorías que realmente necesitamos para llegar a la siguiente comida. Ni muchas
mas, ni muchas menos. Siempre habrá otra comida, no hay que comer como si
estuviésemos disfrutando de la última de nuestra vida.

 





Energía solar diariamente:

Es importante recibir un poco de luz solar, un poco de energía proveniente
directamente de su fuente principal, todos los días. También deberemos tener en
cuenta que aquellas personas que tienen la piel más oscura siempre necesitan de
una mayor exposición a la luz solar por día.

 





Siempre moderación:

Nunca hay que caer en los excesos habituales de aquellas personas que recién
empiezan a seguir con un programa como este que estamos planteando. Moderación
es la palabra clave siempre. Nunca hay que exagerar con el fanatismo con que
seguimos ningún reglamente de conducta ni ningún consejo. El exceso siempre, en
todos los ordenes de la vida, es malo.

 





Salud del corazón:

La salud cardiaca siempre es algo que tenemos que tener en cuenta. Los problemas
de tipo cardiaco siguen siendo la mayor causa de muerte entre los hombres, aun
entre aquellos que tienen cáncer de próstata, así que nunca hay que descuidar al
corazón por concentrarnos en otros aspectos de nuestra salud, ya que puede ser
un esfuerzo absolutamente inútil.

 





La variedad es vital:

La variedad en los alimentos que consumimos, en su pertenencia a diferentes
grupos y en su variedad dentro de estos mismos grupos es vital. Cada alimento
puede proveernos de diferentes sustancias que pueden ser vitales para el
correcto funcionamiento de nuestro organismo. Así que hay que aumentar la
diversidad todo lo que podamos.

 





Uso de suplementos:

El uso de suplementos dietarios se esta volviendo cada vez más comunes y se
populariza su utilización como, justamente, un complemento para la alimentación.
Pero la palabra clave es “complemento”. De ninguna forma se puede pensar que un
suplemento dietario puede reemplazar absolutamente a una dieta inteligente y
bien planeada. Pueden ayudarnos a mejorar aun más, en su calidad y en los
beneficios que nos trae, la dieta que ya tenemos. Ese es, por otro lado, el
propósito de este tipo de productos. Los suplementos son una pobre alternativa
al consumo real de alimentos que posean los nutrientes necesarios. Nunca podemos
olvidarnos de eso o terminaremos haciéndonos mucho más daño que si simplemente
no estuviésemos consumiendo una dieta cuidadosamente planeada.

 


Ver
al m
édico:

Siempre, siempre, como con cualquier cosa que se relacione directamente con el
estado de nuestra salud, siempre debemos consultar al medico. El es el que mejor
puede guiarnos. Hay que ser proactivos, no reactivos. Esto quiere decir que no
hay que esperar necesariamente que aparezca algún tipo de síntoma. El cuidarnos
y hacernos los análisis necesarios puede salvarnos la vida. La detección
temprana es siempre, en el caso del cáncer, la mejor arma que tenemos para que
tengamos altas posibilidades de recuperarnos.

 

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