En tiempos pasados, la gente estaba más familiarizada con
los problemas del intestino y su solución y no dudaba en aplicar purgas o enemas
para limpiar un colon bloqueado.
Hoy en día, la industrialización de los alimentos, les
destruye casi todos sus nutrimentos esenciales y su contenido de fibra, haciendo
que la mayoría de ellos, no aporten la lubricación, la humedad y la masa o bolo
necesarias para un óptimo funcionamiento del intestino.
Los alimentos procesados, precocidos, deshidratados,
asados, quemados, adulterados y preservados no reaccionan bien en el intestino
humano, ya que el proceso industrial, los vuelve secos, marchitos, pegajosos y
pesados y totalmente carentes de vitaminas, aceites lubricantes y fibra natural,
por lo que no logran el tránsito por el colon y tienden a adherirse fuertemente
a las paredes intestinales siendo sumamente difícil desecharlos.
Dicho proceso industrial, destruye también el contenido de
sodio, potasio y magnesio, elementos que sirven al intestino para funcionar
convenientemente.
El sodio neutraliza los ácidos y cumple con una importante
labor en las articulaciones, ligamentos y tendones; el potasio es el mayor
alcalinizador del cuerpo y es necesario para la estructura muscular y, el
magnesio, es el relajador del intestino, siendo el elemento más necesario para
que los movimientos del intestino sean más precisos y eficaces.
Esta dieta, repetida por años, conlleva a una acumulación
excesiva de material putrefacto productor de toxinas, que son absorbidas a
través de la pared intestinal hasta el torrente sanguíneo que los deposita en
los tejidos y en las células, creando las condiciones optimas para el desarrollo
de la enfermedad deteriorando aquellos e impidiendo que éstas, al no encontrar
nuevos nutrientes por una mala digestión, se vean impedidas en formar nuevos
tejidos sanos.
El funcionamiento apropiado de las células, es retardado en
todos los tejidos del cuerpo en los que las toxinas se han asentado. Cuando en
una persona la enfermedad ha llegado a cierta etapa, significa que los
asentamientos tóxicos han tomado el control del cuerpo.
Este es el momento de considerar la desintoxicación del
cuerpo, a través de la depuración de los tejidos, o lo que los antiguos hindúes
denominaban VASTI, que considera que un cuerpo sobrecargado con deshechos
tóxicos, pierde la capacidad de echar fuera las toxinas.
Mientras la intoxicación aumenta, no puede tener lugar la
oxidación adecuada en células y tejidos. Sin oxidación carecemos de energía,
repitiéndose el círculo vicioso de no eliminación de toxinas, solo que cada vez
en mayor proporción. La gente enferma, es gente cansada.
Es un hecho indiscutible que no sólo la enfermedad y el
envejecimiento se deben a la acumulación de desechos resultantes de la propia
química del cuerpo, sino incluso la muerte, causada por la incapacidad del
organismo para reaprovisionar sus estructuras celulares y órganos, con
nutrimentos vitales frescos.
De ahí que, si revertimos ésta tendencia, obtendremos la
inmunidad y cura total de la enfermedad y pueda aplazarse el envejecimiento y la
muerte, con sólo cuidar que los desperdicios del organismo, se retengan en él,
un mínimo; sólo entonces se podrá abastecer nutrimento de primer orden para el
crecimiento de tejidos sanos y la reparación de todo el microcosmos humano.
El Dr. Alexis Carrel, realizó el experimento más notable en
la historia de la medicina, con pedazos pequeños de tejido de corazón de un
embrión de pollo, con los que intentaba demostrar que bajo condiciones
favorables, la célula puede vivir un largo tiempo e incluso, indefinidamente.
El tejido, fue sumergido en solución de nutrimentos de
donde pudiera alimentarse. Como el material de desecho del tejido era depositado
en esa misma solución, ésta, era cambiada diariamente, evitando así, que las
células absorbieran sustancias de desecho, a la vez que les proporcionaba
diariamente, nutrimentos frescos.
El informe afirma que éste tejido de corazón de pollo vivió
así, durante ¡29 años! ; y sólo murió, cuando el ayudante olvidó cambiar la
solución contaminada.
Por tanto, Carrell logró demostrar que la autointoxicación
es la causante de la muerte de las células al degenerar el fluido en que se
mueven pero, que de poderse evitar éste factor, purificando el fluido a
intervalos regulares y proporcionando a la célula algo de lo que pueda
nutrirse, el latido de la vida puede continuar eternamente.
Es por todo esto, que
Ayurveda plantea, como primer paso para recobrar la salud perdida, la
construcción de un cuerpo nuevo y por tanto su rejuvenecimiento, la purificación
integral del colon, es decir, no solo a base de colónicos o enemas, sino de un
cambio de dieta; también se hace necesario un cambio radical en el entorno
emocional.
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