¿Su trabajo ya no le entusiasma?

Desde hace un tiempo siente que ir a trabajar es una tortura. Las horas de oficina se hacen eternas. Su mirada se pierde en la pared por varios minutos. Tal vez, su trabajo ya no tiene nada que ofrecerle...

¿Ha
comenzado a sentirse ligeramente insatisfecho con el trabajo que solía
disfrutar? ¿Siente que ya no es más feliz?

 

Si es
así, es muy probable que se encuentre en una meseta laboral.

 

Cuando la
gente asume nuevas responsabilidades, tiende a estar muy involucrada en su
trabajo para cumplir con el desafío.

 

Una vez
que se aprenden las responsabilidades, la excitación y el sentimiento de
compromiso comienzan a disminuir. A menos que encuentren o creen nuevos
desafíos, pronto comenzarán a sentir que han alcanzado meseta.

 

El
achicamiento de las empresas y la tendencia de eliminar los puestos gerenciales
medios, han creado una situación en la que mucha gente corre el riesgo de
estancarse en su trabajo. Los ascensos son mucho más difíciles de conseguir de
lo que eran.

 

Si usted
comenzó a trabajar para su actual empleador creyendo que el trabajo duro sería
reconocido con un ascenso, puede que en poco tiempo se sienta amargado y
desilusionado cuando las cosas no sucedan como las esperaba.

 

Cuando
los trabajos son tan difíciles de conseguir, la gente opta por aferrarse al
empleo que posee. Sin embargo, esto presupone un riesgo. Si usted está aburrido,
(aunque esté ocupado), su rendimiento tarde o temprano lo evidenciará. Si es
asó, puede que le cuesta más aún encontrar un trabajo diferente en el futuro.

 

Existen
dos posibles respuestas cuando una persona comienza a sentirse en una meseta
laboral. Se puede:

 


  • Reclamar y esperar que el destino, la suerte o el jefe acuda a su rescate.

  • Reestablecer sus expectativas y buscar maneras de enriquecer su trabajo,
    introduciendo nuevos desafíos.
     

Si decide
tomar el primer camino, recuerde que a nadie le importa tanto su felicidad como
a usted mismo. Podría resultar es una larga y frustrante espera. Por el
contrario, si decide hacer algo sobre su situación, considere los siguientes
consejos:
 


  • Haga
    una revisión metódica de sus expectativas.

    Sentirse en una meseta tiene mucho que ver con sus expectativas así como con
    sus responsabilidades.

¿Qué es
lo que realmente espera de su trabajo? ¿Reconocimiento, la oportunidad de
aprender nuevas cosas, poder y autoridad? ¿Son sus expectativas realistas o
irrealistas en su situación actual?

Si no
acostumbra a recibir los ascensos que desea, puede que sea el momento de
repensar las metas de su carrera. Tal vez necesite desarrollar nuevos objetivos
o encontrar la forma de alcanzar sus metas actuales por fuera del empleo
(trabajo voluntario, por ejemplo.)

Si sus
expectativas son realistas, ¿qué puede hacer para mejorar las chances de
alcanzarlas? Por ejemplo, si ha aprendido todo lo que posible en cuanto a sus
responsabilidades, ¿podría acceder a tareas con mayores responsabilidades?


  • Inicie
    el cambio usted mismo.

    No espere a que su supervisor le traiga una respuesta. Desarrolle sus propias
    soluciones, anticipe cualquier objeción que su supervisor pudiera tener, y
    prepare una propuesta que se ajuste a las necesidades de la compañía tanto
    como a las suyas.
     


  • Acepte
    los riegos

    que vienen con los cambios, pero haga de ellos riesgos manejables. Busque
    compromisos posibles, preferentemente cambios que pueda enfrentar en etapas.
    Algunas veces, los pequeños cambios pueden hacer una gran diferencia.
     



  • Concéntrese en dónde comenzar
    ,
    y no en dónde quiere terminar. Fíjese como podría cambiar su actual trabajo,
    en primer lugar. Si esto no es suficiente, mire los empleos y campos
    relacionados antes de llegar a la conclusión de que debe comenzar con una
    nueva ocupación.
     


  • Esté
    atento a las oportunidades de aprender

    nuevas cosas. Cuando está decidido a expandir sus horizontes, usted comienza a
    ver nuevas oportunidades que antes no reconocía como tales.
     



  • Transfórmese en su propio coach.

    Utilice sus habilidades y su experiencia de una manera diferente.
     


  • Sea
    sensible a las necesidades de los otros,

    que serán afectados con los cambios que usted está haciendo, incluyendo
    compañeros de trabajo y miembros de la familia. Explique qué está haciendo y
    por qué, y atienda sus inquietudes.


Sea paciente.

Déle a su subconsciente el tiempo para generar ideas también. Si no empuja con
fuerza, puede que sienta que no llega a ningún lugar. Si está decidido,
encontrará una solución.