Ese incómodo sentimiento de culpa…

El sentimiento de culpa puede delatarte, pero siempre se puede tomar el camino correcto...



E
l
dueño de una tienda llegó al juzgado para quejarse de un robo. El ladrón había
sido tan hábil que no dejó huella alguna, y era muy difícil poder descubrirlo.


El Juez escuchó
al afligido comerciante, y ordenó que sacaran de sus goznes las puertas de la
tienda, y que las llevaran a la plaza del mercado para recibir cincuenta
latigazos cada una, ya que no habían cumplido con su obligación de impedir la
entrada del ladrón.


La inusitada
acción convocó una multitud en la plaza. Una vez administrados los cincuenta
latigazos, el juez se inclinó hacia una de las puertas y le preguntó quién era
el ladrón. Luego aplicó el oído a la madera para escuchar lo que estas tuvieran
que decirle.


Cuando se
incorporó, la multitud quedó muda, esperando. El juez se irguió en toda su
estatura, y anunció: “Esta puerta dice que el robo ha sido cometido por un
hombre que tiene una telaraña en su turbante”.


Al instante, un
hombre se llevó la mano a la cabeza, afligido. Y los policías alertados
previamente por el juez, lo capturaron al instante. Cuando se revisó su casa, se
encontraron en ella las mercaderías desaparecidas.


El ladrón pudo
ser entonces condenado y tuvo que pagar su culpa. No cabe la menor duda que ese
juez árabe hacía honor a su fama de sagaz. Logró que el ladrón se delatara a sí
mismo. Yo pienso que simplemente aplicó su sentido común.


Es bien sabido
que cuando alguien comete una falta, algo en su interior pugna por delatarlo. Y
muchas veces, en forma inconsciente, hace pública su culpabilidad.


Todo Boy Scout
sabe una norma sencilla, pero muy profunda: “Tener una mirada franca”. Y es
que cuando alguien miente, tiende a bajar la mirada. Lo saben bien los agentes
de aduanas de Puerto Rico, y por ello interrogan mirando a los ojos.


David J.
Schwartz, en su libro “La Magia de Pensar en Grande”, nos dice: “Haga siempre lo
correcto, así no tendrá que sufrir ese íntimo e incómodo sentimiento que afecta
nuestra paz mental.
Y la paz mental es como parte de la salud, un don
insustituible”.



LO NEGATIVO:


Creer que podremos ocultar nuestras malas acciones, bien con justificaciones, o
adoptando una actitud cínica de agresividad o de indiferencia.



LO POSITIVO:


Saber que la única forma de no tener ese incómodo sentimiento de culpabilidad,
es haciendo las cosas correctas.



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