La visualización no es
más que nuestra imaginación aplicada a cualquier objetivo que deseemos lograr.
Es como cuando soñamos despiertos: nos imaginamos o nos proyectamos en un
lugar en el que deseamos estar, por ejemplo, en la montaña, en la playa, en otro
país….
O cuando nos anticipamos
mentalmente a una situación, por ejemplo, cuando tenemos que hacer una
presentación en el trabajo, o vender algo y nos imaginamos haciéndolo antes
de que realmente suceda.
Significa tener una idea, o una imagen de lo que
queremos crear: reconocer que para satisfacer nuestras metas (no importa las
que puedan ser) tenemos que imaginar nuestra presente realidad transformada
en algo que queremos, y luego lograr esa transformación.
Debemos “sentir” que
esa realidad, ese objetivo al cual queremos llegar, ya está en nuestro presente,
esa es la clave
Cuando
transformamos nuestros patrones negativos de pensamiento, cambiamos la energía
negativa por energía positiva.
Cambiando la
actitud mental
En este sentido, hay que
hacer notar que los recuerdos son también una forma de visualización, puesto que
al recordar, imaginamos una situación: volvemos a “verla” y a sentir lo que
sentimos en el momento en que tuvimos aquella experiencia.
Sin embargo, esto no
es visualización creativa.
La visualización creativa es aquella en la “creamos” una
realidad subjetiva, que no hemos vivido antes. Es este tipo de
visualización el que nos ayuda a conseguir nuestros objetivos, ya sean
referentes a la salud, a la prosperidad, a la mejora de nuestras relaciones o a
cualquier campo donde deseemos aplicarla.
Los seres humanos
escasamente explotamos el potencial de nuestro cerebro, y realmente tenemos
mucho.
Tenemos tanta
capacidad que en realidad ni siquiera es correcto decir que “usamos
sólo el 10% de nuestro potencial”.
La verdad es que ni siquiera
utilizamos ese porcentaje…
Tal vez 10% sería el
estándar para la persona exitosa promedio en el mundo de hoy, pero la gran
mayoría usa mucho menos de eso. Por eso es que la gran mayoría no son exitosos.
La llamamos también “poder de éxito”.¿Qué
queremos decir con “éxito”? No sólo ser rico, o tener todo lo que pueda
desear.
Es vivir una vida plena y significativa en la cual logramos realmente lo que
pretendemos hacer: ser saludable, feliz, seguro; tener un buen matrimonio,
buenas finanzas, o educación; alto desempeño en el trabajo y o conseguir el que
queremos,
Sabiendo que nosotros no somos los hechos que nos suceden sino como
actuamos frente a esos hechos.
Cada paso es una oportunidad de aprendizaje y puede mejorar nuestro entorno
material.
Hay muchas personas que se han habituado tanto a pensar en forma negativa, que
encuentran algo normal seguir así por el resto de sus vidas casi con
resignación como si no tuvieran otra salida.
En realidad,
concientemente
nadie
quiere crear la enfermedad, ni la pobreza, ni la angustia o el descontento.
Sin embargo, muchas veces ellos aparecen y lo que deseo transmitirles a través
de este mensaje es que esto se puede cambiar, haciendo un leve esfuerzo en
tratar de pensar antes de hablar y visualizar lo positivo para poder
vivir positivamente, y de este modo ayudar a mejorar nuestra vida en su
totalidad.
El cerebro no duerme cuando nosotros dormimos,
sigue, y sigue trabajando a favor o en contra. Es por eso que debemos aprender a
controlarlo. No se trata de pensar ingenuamente, que todo es como nosotros
creemos. Se trata de educar en cierto modo al pensamiento.
Pero esto no es tan sencillo,
me dirás. No lo es, sin embargo, todos podemos hacerlo, inclusive aquellos que
en principio no crean, si se lo proponen y ejercitan, verán resultados que
realmente los alentarán a seguir.
Estará ayudándote a
transformar tu vida, primero en tu mente y luego se hará una realidad.
¿Cómo funciona la visualización creativa?
Existe la realidad
objetiva, que es la que sucede en nuestro ámbito externo: las condiciones y
estímulos que nos llegan a través de nuestros cinco sentidos y la realidad
subjetiva, que es la que se da únicamente dentro de nosotros mismos.
Es la realidad
subjetiva la que rige nuestra conducta, es decir, la realidad que
sucede dentro de nosotros. La explicación de este fenómeno reside en que nuestro
cerebro no distingue entre un acontecimiento real y un acontecimiento
imaginado.
Esto queda demostrado en
el magnífico libro “Psico Cibernética”, del Dr. Maxwell Maltz (Editorial Open
Prject Books).
Maltz explica cómo
funciona el cerebro: científicamente, el cerebro es nuestro “ordenador central”.
Controla todas las funciones del cuerpo, tanto las conscientes (caminar, correr,
leer) como las inconscientes (la respiración, los latidos del corazón, la
digestión, etc.).
Cuando sucede algo, el
cerebro da las órdenes pertinentes al cuerpo para responder adecuadamente a lo
que esta sucediendo: segregar adrenalina, salir corriendo…
Esto pasa tanto cuando el
suceso es objetivo como subjetivo: cuando imaginamos que algo va mal, el
cerebro ordena al cuerpo la respuesta adecuada. Es por esto, por ejemplo,
por lo que el estrés nos afecta tanto. Se calcula que el 90% de las consultas
médicas en Estados Unidos están relacionadas con el estrés.
Pero más allá de una
respuesta física, el cerebro programa una respuesta psicológica. De acuerdo con
la información que tiene, el cerebro programa una pauta de conducta: nos
comportamos de una manera o de otra, según sea el caso y, según como nos
comportamos, obtenemos los resultados que deseamos o los que no queremos.
Esa es la importancia y
el “secreto” de la visualización: al crear una realidad subjetiva, el cerebro
programa la pauta de conducta adecuada, y esta pauta nos lleva a los resultados.
De nosotros depende que
esta realidad que creemos sea la correcta o la que más nos beneficie.
Si visualizamos salud,
prosperidad, energía o felicidad, es lo que obtendremos. Crearemos nuestra
realidad futura. Es nuestro gran derecho.
Recuerda que podemos lograr manifestar en nuestra vida
nuestros deseos más profundos.
Todo en el universo es una materia concebida antes por
una idea.
El cambio
no es mágico, es un trabajo que debes realizar con tu propia persona, no es
fácil pero se logra.
Toda persona
tiene básicamente en su interior lo que precisa para poder cambiar sus
estructuras negativas. Todo lo que uno realmente quiera cambiar o corregir lo
puede hacer.
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