¿Cómo elegir las gafas de sol?

Los anteojos de sol no son sólo una cuestión de moda, sino que deben proteger a los ojos de los rayos ultravioletas. Por eso ante es necesario saber cómo elegirlos para que no dañen la vista de la persona que los usa

Existen
diferencias entre la calidad de los cristales, por ejemplo, entre los que se
venden en las ópticas y los que se venden en quioscos y en la calle.

Por eso es esencial saber que los lentes deben poder filtrar la luz solar y que
no distorsionen los objetos ni modifiquen los colores. En estos casos siempre lo
mejor es consultar a un oftalmólogo para que descarte los riesgos o si es el
caso recete un aumento.


Los que se venden en la calle o en quioscos pueden utilizarse en la ciudad
porque no llegan a dañar la vista, pero si producen cansancio ocular y hasta
náuseas y mareos.


El mayor
problema de estos anteojos se produce cuando se los utiliza en la playa o en la
nieve, ya que el reflejo del sol puede quemar la superficie ocular y generar
serios problemas en la retina.

Esto también sucede con esos cristales de colores (amarillos, celestes, rosas,
etc.) que no están recomendados para proteger la vista.


Muchos especialistas indican que existen casos de cataratas (una opacidad en el
cristalino, la lente del ojo) principalmente en los jóvenes (antes era
considerada una enfermedad de gente mayor) debido al abuso de la luz solar.
 

Por todo esto
a la hora de comprar gafas o anteojos de sol se debe tener en cuenta:
 

· Elegir
cristales tallados y no curvados, ya que en los primeros el block de cristal se
talla con medios electrónicos y adquiere un formato original, en cambio los
curvados se moldean con calor por lo que la superficie óptica queda con
imperfecciones que distorsionan la visión.
 

· Los
lentes deben bloquear en un 99% (o absorber 400mm) de los rayos UVB y los UV
tipo A (UVA)
 

· Los
cristales deben ser oscuros, sobre todo si se los usa en la playa o en la nieve.
Deben detener el 75% de la luz solar visible. Para probar esto uno se puede
parar a unos 60 centímetros de un espejo y si son suficientemente oscuros el
consumidor no podrá ver sus propios ojos.
 

· Fijarse
bien en las etiquetas. Por ejemplo ningún par de lentes oscuros “protege en un
100% contra los UV”.
 

· Para
probar el grado de distorsión que poseen se pueden mantener los lentes a un
brazo de distancia de la cara, mirar a través de los cristales hacia una línea
bien definida, como por ejemplo el marco de una puerta, y moverlos lentamente de
un lado a otro: si la línea se curva o se mueve es que tiene imperfecciones.
 

· Tener
en cuenta que existen diferentes filtros de absorción de luz solar: baja, media
y alta.
 

· En
cuanto al color, los lentes grises y marrones son los que ofrecen mayor
protección. En cambio aquellos azules, amarillos, celestes, naranjas y rosas no
garantizan una buena protección. Lo mismo que los transparentes que están de
moda hoy en día, solamente sirven como adorno o un accesorio para utilizar de
noche.
 

· También
hay que tener en cuenta que a los anteojos de sol se les puede agregar la
graduación indicada por el oftalmólogo si es que tiene problemas de visión.
 

· Aunque
los expertos afirmen que luego de varios usos el ojo humano se va acostumbrando
al tipo de lente de tal manera que dejará de notar la diferencia, los anteojos
que se compran en la calle siguen siendo nocivos para la salud visual. Es como
si el ojo se acostumbrase a ver deformado.
 

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