Cuentan que un rey colocó una gran roca obstaculizando el camino principal del reino. Algunos comerciantes y cortesanos acaudalados vinieron en sus carruajes, y dificultosamente rodearon la piedra. Otros vociferaron por el inconveniente.
Finalmente paso un campesino con su burro. Miró la roca y lo mucho que estorbaba, ató al asno a un árbol, y usando ramas como palancas, logró quitar el obstáculo del camino.
Al hacerlo descubrió una cartera de cuero, llena de monedas de oro y una nota del rey declarando legítimo dueño a quien la encontrara. La moraleja es clara. En aquel obstáculo había una oportunidad.
¿Tiene esto sentido? Lo tiene. La historia está llena de ejemplos de cómo los obstáculos han representado retos para quienes quieren hacer algo para superarlos.
La batalla de Solferino, en Italia, en el lejano 1859, dejó un saldo de 40,000 soldados italianos y austriacos heridos y muertos abandonados sin asistencia médica o entierro.
Conmovido ante este hecho, un suizo llamado Henri Dunant, comenzó una campaña para apoyar a las víctimas de la guerra. ¿El resultado? La primera convención de Ginebra, firmada en 1863, que dio origen a la Cruz Roja Internacional.
¿Quiere algo más reciente? En Suecia uno de los obstáculos para atraer al turismo es el frío. Pero para un grupo de inversionistas ese obstáculo constituía una oportunidad.
En Jukkasjarvi, se construyó un hotel de hielo. Para construirlo se tallaron 30,000 toneladas de nieve y 10,000 de hielo. Allí se puede beber en vasos de hielo, jugar con un ajedrez de hielo a la luz de una lámpara de hielo.
Todo ello por el módico precio de 84 dólares la noche, en habitación doble, que incluye el saco de dormir, desayuno y sauna. Para los que no se animan, visitarlo de día cuesta 7 dólares. Usted, si quiere, puede conseguir más información en www.jukkas.se
Alguien me dijo una vez que no deberíamos contarle a Dios lo grande que son nuestros obstáculos. Sino contarle a nuestros obstáculos, lo grande que es Dios.
No le pidamos pues que nos quite los obstáculos, sino que nos permita comprenderlos.
LO NEGATIVO: Dejarnos vencer por nuestros obstáculos.
LO POSITIVO: Comprender que en cada obstáculo hay una oportunidad. Pedir a Dios que nos permita percibirla ¡y aprovecharla!
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