Nació del Taoísmo, y literalmente significa Viento y Agua, elementos importantes de la energía vital. Antiguamente el Feng Shui era una tradición oral solo practicado por los miembros de la clase imperial China.
Pero con la llegada del comunismo que prohibió su practica, China perdería el conocimiento de este arte y la nobleza que pudo escapar se instaló en Hong Kong y Taiwán, llevándose consigo la practica del Feng Shui. Actualmente, estas prosperas ciudades son reconocidas como las capitales mundiales del Feng Shui.
Su difusión en occidente fue en los años 70 cuando empresarios, políticos y artistas comenzaron a promulgar la efectividad del mismo al aplicarlo en sus viviendas y oficinas; no obstante fue el caso del magnate Donald Trump en los años 80 el que lo hizo más popular.
Este empresario al borde de la quiebra, siguió los consejos de un reconocido maestro de feng shui y remodeló sus inmuebles, logrando con esto levantar nuevamente su imperio. En Estados Unidos y otros grandes países occidentales el Feng Shui se ha popularizado de tal forma que la industria inmobiliaria lo utiliza como poderosa herramienta publicitaria para incrementar sus ventas de inmuebles.
En Wall Street, prácticamente todas las empresas consultan con un maestro Feng Shui para que los oriente como distribuir los espacios, donde ubicar el directorio, la oficina del presidente, las ventanas y puertas para que fluya la energía y lo más importante donde ubicar el área financiera para asegurar la entrada de dinero.
Pero también en occidente el feng shui ha sido vilmente comercializado, asociándolo con la cultura popular china para vender bisutería barata, ranitas de la suerte, cristales y hasta costosa joyería. Una cantidad de artículos inservibles y sin ninguna utilidad en el verdadero feng shui. Esto también ha traído como consecuencia que muchas personas sean escépticas y lo consideren superstición barata.
¿Cómo funciona específicamente el Feng Shui?
Es simple, creamos o no existen flujos de energía recorriendo nuestro ambiente y afectando nuestra vida; esta energía conocida como el “Chi”, puede ser positiva o negativa; identificarla, retenerla si es positiva o evadirla si es negativa es el objetivo principal del Feng Shui.
En otras palabras a través del Feng Shui podemos intervenir la energía que nos rodea y ponerla a trabajar en nuestro beneficio a través de métodos y formulas de diagnostico probadas a lo largo de siglos de investigación.
Hay mucha especulación entre algunos practicantes sobre el tema del Feng Shui y la prosperidad; la primera pregunta que recibo cuando alguien me solicita un estudio es como activar su “rincón del dinero”.
Desafortunadamente tengo que decirle que eso no existe, es parte de la superstición que se ha creado a través de la comercialización barata del Feng Shui. Para el Feng Shui la prosperidad no es un rincón o una esquina de nuestras casas o que de la noche a la mañana nos van a llover montañas de dinero.
Es activar las energías positivas de nuestro ambiente para incrementar las oportunidades, alcanzar metas, mejorar nuestro desempeño profesional, agudizar nuestra mente, mejorar nuestra salud, etc., si sabemos aprovechar todo esto el dinero llegará solo.
A través de esta columna intentaremos ayudarlos a entender los principios de esta filosofía que está Feng Shui mejorando la calidad de vida de millones de personas; hay que acercarse al feng shui con la mente abierta y siempre teniendo en cuenta que no es una cura milagrosa solo representa 1/3 de los factores que influyen en nuestras vidas.
Para el Feng Shui los tres factores que afectan nuestro bienestar son: la "Suerte del Cielo", la "Suerte del Hombre" y la "Suerte de la Tierra"
La "Suerte del Cielo" es el destino, tiene que ver con la astrología, la alineación de los planetas en el momento de nuestro nacimiento; si nacemos en el momento y lugar correcto no necesitaremos nada más, la suerte vendrá sola.
La "Suerte del Hombre" es el trabajo y nuestra actitud hacia la vida y la "Suerte de la Tierra", es el Feng Shui, aprovechar positivamente la energía que nos rodea, vivir y trabajar en el lugar correcto para que las cosas salgan bien.
Y ya que estamos hablando de lograr el hogar que siempre soñaste, ¿has pensado en el feng shui?
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