La llegada de un bebé es un momento hermoso y único para toda familia. Sin embargo, hay otro miembro de la familia que puede necesitar un poco de atención especial y un poco de ayuda para enfrentar la nueva situación. Ese miembro de su familia es su mascota.
La mayor parte de las mascotas necesita una atención extra cuando se incorpora un nuevo miembro a la estructura familiar. Los perros, en particular, pueden sentirse confundidos ante la entrada a escena de un nuevo actor protagónico.
Así, suelen socializar casi en un orden tribal, lo que significa que consideran a algunos miembros de la familia en una posición dominante sobre sí mismos y a otros miembros en una posición de inferioridad.
En un principio, el perro probablemente vea al nuevo bebé como un miembro de baja jerarquía en el escalafón social e intente desplegar una actitud dominante.
Esté atento a signos de agresión, tales como gruñidos, orejas bajas o asentadas sobre la cabeza, y posturas agazapadas. Asimismo, los perros pueden mostrar signos de depresión e inapetencia.
En cuanto a los gatos, estos son menos sociables que los perros por lo que pueden elegir ignorar al bebé. Ellos no socializan en orden tribal, así que no tienen necesidad de mostrar agresión.
Para ellos, la mayor preocupación en cuanto a la convivencia con niños pasa por el fastidio. Los gatos no son muy afectos a los ruidos, y los llantos pueden llegar a alterar su humor.
Pero, en este caso, su curso de acción pasará por alejarse de la criatura y salvaguardarse en un ambiente tranquilo. Los gatos pueden sentir algo de rechazo por el bebé, y es recomendable prestar atención a los síntomas de inapetencia.
Si observa reacciones agresivas en su mascota, corríjalas rápidamente, pero no reprima ni castigue. Los problemas de conducta, siempre que sean serios y persistentes, deberán ser discutidos con su veterinario de confianza.
Antes de traer al bebé del hospital a la casa, los padres deberían permitir que sus mascotas ingresen al cuarto del nuevo integrante y dejarles investigar la cuna y cualquier otro mueble nuevo. Si hay lociones o talcos de bebé, deje que su mascota las explore, de manera que vaya asociando los olores con el niño.
De todas formas, una vez llegado el chico, es mejor mantener a los animales afuera del dormitorio. Con cuidado, permita que su mascota vea y huela a su primogénito.
Los padres que entran en pánico y alejan a los niños de las mascotas, probablemente estén estableciendo a sus propios hijos como una posible amenaza para los animales.
Hágase un poco de tiempo para sus mascotas. Déjeles saber que no han sido reemplazadas en la familia. Los animales pueden sentir abandono o rechazo cuando el centro de atención se desplaza al nuevo habitante de la casa.
Planee caminatas regulares con su perro y practique el juego de la búsqueda del palito. Si tiene un gato, hágalo correr detrás de su pelotita favorita o cómprele alguno de esos divertidos ratones a cuerda que tanto les gustan. En definitiva, otórgueles algo de su tiempo personal. Solo usted y sus mascotas.
Aún con todas las precauciones, algunos animales nunca se acostumbran a los chicos. Al igual que las personas, pueden aceptarlos o no. Si la mascota creció junto a otros niños, es poco frecuente que se presenten problemas de conducta.
Al contrario, si nunca ha visto a una de estas pequeñas personitas, usted deberá supervisar de cerca su interacción por un buen rato. Por último, si tiene una mascota que ha sido maltratada por niños con anterioridad, puede que tenga grandes inconvenientes para lograr una convivencia armoniosa.
A medida que sus chicos crezcan, es imperativo que aprendan a tratar y a respetar a la mascota de la familia. Ellos deben saber que los animales sienten dolor y angustia cuando nadie les presta atención, al igual que pasa con los seres humanos.
Felicite a sus niños por las buenas acciones hacia los animales y corríjalos ante las actitudes rudas o maliciosas. Por otra parte, los chicos deben saber, por ejemplo, que la naturaleza de los perros está en correr, cazar, apresar e ir a buscar.
Recuerde que, en muchas instancias, las mascotas fueros sus “bebés” primero. Ellas no saben realmente lo que está pasando. Encuentre formas de mostrarles que su amor por ellas sigue intacto.
Compartan tranquilas caminatas o descansen sobre el pasto del parque uno al lado del otro. Con sólo un poco de atención, su mascota puede sobrellevar la situación y seguir siendo feliz.
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