Nueva alternativa para el tratamiento del ojo perezoso

Un novedoso método para el tratamiento del ojo perezoso, enfermedad que afecta al 5% de los niños y cuyos tratamientos actuales pueden resultar dificultosas tanto para los niños como para sus padres

Imagine lo que siente un niño al ser obligado a utilizar un parche en el ojo. Imagine lo que sienten los padres al tener que pelear constantemente para que su hijo o hija use el parche. 

Esta escena se repite a diario en miles y miles de hogares, con chicos que son forzados a cubrirse un ojo por una razón que a duras penas logran comprender, y padres que deben llevar adelante una tarea más que ingrata. 

Cada año, cientos de miles de chicos son diagnosticados de síndrome del ojo perezoso. Y, si bien no se trata de una enfermedad terrible, el diagnóstico genera un drama familiar ante el prolongado y riguroso tratamiento que está por venir. 

Pero ahora, una compañía israelí desarrolló un novedoso tratamiento que no requiere la utilización de parches. OpthoCare, basada en Beersheba, Israel, es la compañía que inventó los primeros anteojos electrónicos de cristal líquido, que funcionan como un obturador electrónico.  

Este adminículo, apropiado para el tratamiento de varios desórdenes oculares y aplicaciones de estimulación de nervios, ha sido recientemente aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, para el tratamiento del síndrome del ojo perezoso en niños. Y se prevé que revolucione el tratamiento de esta afección (un desorden médico común en el 5% de los niños, cuyo tratamiento se recomienda efectuar entre los 3 y los 8 años del paciente). 

Anteojos electrónicos de cristal líquido 

El obturador electrónico de los anteojos de cristal líquido está incorporado dentro del lente óptico refractario, y es controlado por un microchip preprogramado que se activa sobre el ojo fuerte y sano a pequeños intervalos. Estas sesiones de “cerrar-abrir” ejercitan el ojo débil y fuerzan su uso.

A través de la tecnología del cristal líquido, se genera una cortina electrónica que cierra el obturador sobre el ojo sano y, por lo tanto, obliga a la utilización del ojo débil. El cierre toma lugar automáticamente y puede durar, aproximadamente, de 10 a 15 segundos, para luego abrirse por otros 10 ó 15 segundos.      

Los ejercicios de “abrir-cerrar” continuarán tanto como el paciente utilice los anteojos, fortaleciendo el ojo perezoso, mejorando la agudeza visual y aumentando la visión binocular. Los anteojos electrónicos de cristal líquido han sido probados con éxito en un estudio clínico llevado a cabo en tres centros médicos de Israel.

Como resultados, el estudio mostró excelente eficacia, aceptación por parte de los niños y ausencia de efectos secundarios.

Pero hay otro factor muy alentador: los propios chicos señalaron que se sintieron a gusto utilizando los anteojos, constituyéndose así en una alternativa de preferencia en cuanto a los parches. Para ellos, fue como un juego con lindos anteojos que se abren y se cierran.

Un preconcepto y una ventaja

Mientras que muchos pueden pensar que los obturadores cerrándose y abriéndose repetidamente son un factor de distracción para el paciente, los resultados de los estudios mostraron que para los chicos esta objeción ni siquiera está en consideración.

Se desprende de los resultados de los estudis que los anteojos no molestan a los niños y, además, requieren un período de adaptación sensiblemente corto, pues ellos ni siquiera se dan cuenta que los están usando.

Por otra parte, el 90% de los chicos con síndrome del ojo perezoso de todos modos necesitará utilizar anteojos.

En lugar de que el niño deba utilizar el parche y anteojos, se combina todo en uno. Por otra parte, lo bueno para los padres es que no deberán acosar a sus hijos para que se pongan el parche y, además, los ejercicios se realizarán de manera automática. Es un `tratamiento inconsciente`, ya que no hay nada de lo que los padres deban ocuparse.

Flexibilidad

La posibilidad de adaptarse a tratamientos de distinta intensidad fue contemplada por los creadores de los anteojos electrónicos de cristal líquido. La modalidad del ejercicio puede ser regulada a través de un software, y el tiempo de ejercitación es grabado en la memoria del microchip, de modo que luego pueda ser controlado por el oftalmólogo.

Esta es una herramienta de gran utilidad para los especialistas, ya que pueden saber si se está siguiendo el tratamiento, calcular los logros obtenidos, y variar la intensidad del mismo.

La educación del paciente

A través de un dispositivo de carga, que se coloca a un costado de la cama, esta información también es presentada a padres y chicos, para permitirles saber si el aparato está siendo usado lo suficiente.

Si el chico mantiene su programa de utilización, recibe una felicitación mediante una cara sonriente que aparece en el cargador, o, en caso contrario, una cara triste que significa que los anteojos no se han usado lo suficiente. Desde el punto de vista educacional, este aparato es muy amigable.

Período de tratamiento

En cuanto al tiempo que el niño debe utilizar los anteojos, el período varía, pero el promedio arroja un resultado de entre uno y dos años, lo que es un avance significativo respecto del tratamiento con parches. Luego, existe un período de mantenimiento para evitar que la patología vuelva a aparecer.

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