El enfisema es una enfermedad terrible para la que no existe cura. Hasta ahora, la única manera de tratar su severa sintomatología era a través de una operación mayor de alto riesgo.
Sin embargo, en estos días, se está probando una nueva técnica, en el Centro Médico Sheba, en Israel, que apunta a una alternativa no quirúrgica y mucho menos riesgosa.
Cuando aparece el enfisema, los tejidos del pulmón pierden su elasticidad, y las vías aéreas quedan obstruidas.
Para los pacientes, en la mayoría de los casos, esto se traduce en una gran dificultad para respirar que, a medida que el intercambio de oxigeno y de dióxido de carbono se ve interrumpido, perjudica el funcionamiento de todo el cuerpo.
Es un proceso irreversible: una vez que las células del pulmón se ven afectadas, no hay manera de rehabilitarlas. Por lo tanto, es importante señalar que el 80% de los casos, el enfisema sobreviene como resultado del tabaquismo.
Millones de personas han sido diagnosticados con enfisema y, a raíz de éste, su consecuencia inmediata: la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que es la cuarta causa de muerte en los países desarrollados, y para la que se prevé un importante aumento en todo el mundo en los próximos años. Como consecuendia de esto, el EPOC es en estos días una de las principales áreas de investigación para los laboratorios.
Procedimientos riesgosos
Todos los médicos especializados en las patologías del pulmón han buscado continuamente una manera de ayudar a sus pacientes, después de que la enfermedad avanza más allá de la etapa en que la medicación puede aliviar el malestar, ya sea quirúrgicamente o de cualquier otra forma.
Hasta hace una década, el manejo del enfisema era sinónimo de medicación y, en sus estadios más severos, implicaba el transplante completo de pulmón. En los últimos diez años, surgió otra alternativa, que consiste en la reducción del volumen pulmonar a través de una intervención.
Este es un procedimiento quirúrgico en el que las partes más enfermas del pulmón son removidas para permitir que el resto del órgano y sus músculos puedan trabajar mejor.
Aunque los resultados fueron auspiciosos, los riesgos involucrados en este procedimiento son considerados demasiado altos, sobre todo para aquellos pacientes que están en una etapa de la enfermedad menos severa.
La operación requiere de una larga hospitalización. En el mejor de los escenarios posibles, el 5% de los pacientes morirá y, en el peor de los casos, el 10%, y esta es la causa por la que se redujo el entusiasmo para con este procedimiento desde que hiciera su aparición hasta el día de hoy.
Pegamento biológico
Varios años atrás, en la Escuela Veterinaria Tufts se conducían experimentos en el tratamiento del enfisema en ovejas. Lo que hacían era imitar la cirugía de reducción de volumen pulmonar, pero de una manera no quirúrgica.
Esta técnica involucraba inyectar los pulmones con un material descrito como “pegamento biológico”, que destruía completamente las conexiones celulares en las partes dañadas y las sellaba. Junto al pegamento, se aplicaban antibióticos para prevenir posibles infecciones.
En las ovejas, las áreas dañadas del pulmón colapsaron y cicatrizaron, quedando sólo las partes saludables y de mejor funcionamiento intactas. Básicamente, la técnica consistía en reducir los pulmones sin cirugía.
Poco tiempo después, un miembro del hospital israelí viajó a Boston para participar de un curso de entrenamiento en un hospital de Estados Unidos. Casualmente, entre el staff docente se encontraba el profesor que había desarrollado la técnica utilizada en ovejas, quien sugirió que la técnica estaba lista para ser probada en estudios con seres humanos. Después de que la técnica fuera probada en cientos de ovejas, había llegado el momento de probarla en seres humanos, tanto en Estados Unidos como en Israel.
A pesar de que ambos estudios se llevaban a cabo simultáneamente, eran de diferente naturaleza. La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos autorizó al hospital de Boston a conducir un estudio de fase uno para chequear la seguridad de la técnica. Asimismo, los 12 pacientes sólo tendrían dos secciones de sus pulmones tratadas.
De la vereda de enfrente, el hospital Israelí fue autorizado para un estudio de amplio espectro, en el que los pulmones serían inyectados en 10 posiciones, con la intención de chequear no sólo la seguridad sino también la efectividad. Hasta el momento, seis pacientes han iniciado el tratamiento en Boston y cuatro en Tel Aviv, con resultados alentadores.
La tendencia en medicina apunta hacia las cirugías menos invasivas, o, directamente, hacia evitar las cirugías. Si se pueden conseguir los mismos resultados sin la necesidad de cirugías, ¿por qué someter al paciente a semejante trauma y riesgo?
Si esto funciona, y parece estar funcionando, habrá decenas de miles de pacientes tratados con esta técnica.
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