Dádnoslo hoy… Sin temor a equivocarme creo que esta es la frase mas invocada en este nuestro mundo, en todos los idiomas y en todo tipo de creencias o religiones…
Sin importar raza o condición social y económica, porque no se pide en cuanto a la capacidad de obtenerlo, sino a la posibilidad de hacerlo.
Por principio se requiere de gozar de vida y salud para necesitarlo, pero sobre todo que dicho alimento este disponible para todos, que exista alguien dotado con un don para poder elaborarlo, otros para proporcionar la materia prima y una fuerza superior que le de vida.
Nadie cuestionaría la necesidad y el apoyo que se requiere para obtener los dones que recibimos. Tal vez la gran mayoría dirá que viene de un dios, otros que serán dones de la naturaleza, tal vez lo mas materialistas dirán que es gracias al esfuerzo de humanos especiales o a la suerte.
Pero todos, absolutamente todos invocaran al Señor, cuando haga falta el alimento; es decir aceptamos que el ser humano no es autosuficiente, es mas me atrevería a decir que somos sumamente dependientes de nuestros semejantes y de otros apoyos sobrenaturales o divinos.
Recién terminaron las conmemoraciones de Navidad y Año nuevo y no digo festividades porque es probable que para muchos no fueron motivos de fiestas; pero como sea que fuese todos esperamos recibir algo de nuestros semejantes, algo que no se espera durante otra época del año, una dádiva, todos desean recibir algo especial y en la medida de sus posibilidades todos dan algo a sus mas allegados y desean parabienes a propios y extraños.
Y aunque estas festividades conmemoran el nacimiento de Cristo, es decir son propias de los cristianos, lo cierto es se han convertido en días festivos para todo el mundo. Hasta en asuntos laborales se ha convertido en ley el aguinaldo para esas fechas.
Como cosa por demás extraña, ya que no sucede durante el resto del año, nos ponemos muy susceptibles o melancólicos en el aspecto de la necesidad afectiva y en cuanto a recibir bienes y parabienes.
Este acto de dar o recibir en estas fechas también tiene una connotación diferente a los obsequios que se dan o se reciben por cumpleaños, aniversarios, fechas conmemorativas, reconocimientos o halagos durante el año.
Aunque conozcamos el origen del regalo, para los de navidad existirá cierta creencia de que algo tuvieron que ver Santa Kloss o Los Reyes Magos.
Toco este tema porque después de estas fechas siempre se presentan los debates, las discusiones y las diferentes posturas acerca de que si es lo adecuado dejar que los niños crean o no en estos míticos y dadivosos seres; en estos iconos de bondad dispuestos siempre a dar felicidad.
En estos forjadores de sueños infantiles que sirven a los padres de herramientas para la buena conducta y en vigilantes permanentes que premian o castigan.
Por otra parte, los estrictos realistas que pugnan por eliminar a estos substitutos de la generosidad paterna e insisten por resaltar la verdad de quienes se esfuerzan por brindarles felicidad a sus hijos. Imponer la escueta realidad contra la inocencia.
¿Qué es lo correcto, desmentir al niño de la creencia de Santa Kloss y los Reyes Magos, eliminarles esos infantiles sueños? ¿Decirles con cruda realidad que es con el esfuerzo de los padres como se compran los juguetes?
Son pocos los niños que creen ciegamente en esos personajes, tal vez solo los que viven en el periodo de 2 a 4 años, después de esta edad deducen la realidad, pero juegan con esa etapa de sueños infantiles tan indispensable para fomentar la imaginación y la inteligencia.
Si no fuera así, exigirían (como en realidad lo hacen) el derecho de obtener sus juguetes cualquier fecha del año, para que esperar el 25 de diciembre o el 6 de enero.
Yo creo que el disfrute de comprar, envolver, poner en el árbol o en los calcetines, los regalos y esperar el amanecer con la ilusión de ver la felicidad de la familia, de sentirse imbuido en el sueño de la bondad celestial, es algo mágico que también disfrutan los padres, es tal vez el día que mas se convive en familia, el disfrute de ayudar a armar los juguetes y hasta jugar con los niños. Esto nadie lo puede discutir ni poner en tela de juicio.
Hasta los más acérrimos detractores de estas costumbres, los jurados enemigos de Santa y Los Reyes, aprovechan los días de asueto y las festividades y costumbres propias de esos días. No rechazarían un regalito o las felicitaciones y agasajos de tales fechas.
Recuerdo que este tema salio por un debate radiofónico hecho este 6 de enero entre adultos que están en pro o en contra de estas costumbres. Pero estoy seguro de que entre los detractores la gran mayoría partió su porción de rosca de reyes y brindaron en nochebuena.
Otro punto, por el que si dejaran opinar a los niños, apoyarían la permanencia de esos santos, es que por lo general los regalos no son únicamente los que compran los papas, esas fechas reblandecen las cuerdas sentimentales de parientes y amigos que contribuyen a enriquecer el árbol de los regalos. Esto nunca sucedería si no existiera la NAVIDAD.
Mi opinión es que sigan dejando esa etapa de sueños infantiles, es una etapa muy corta de la vida antes de enfrentarse a la cruda realidad del egoísmo humano, durante los otros 363 días del año.
Por JORGE MORENO BARRERA
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