Eres de los que se suben al auto sólo para manejar. Nunca revisas lo relativo a la mecánica. ¿Y para qué habrías de hacerlo, si entiendes absolutamente nada? Pues es hora de que conozcas la forma más sencilla de mantener tu auto en buenas condiciones.
Realizando una simple investigación en tu vehículo, puedes evitar problemas relacionados a reparaciones futuras. Ya sea que conozcas de mecánica o no, puedes detectar algunos problemas comunes, simplemente, usando los sentidos de la vista y el olfato.
Tu coche te da indicios
¿Hay manchas o gotas de fluido debajo de tu auto? Aunque el vehículo, de momento no experimente problemas, la aparición de una mancha puede ser el anuncio de uno muy serio.
¿De qué color es el fluido que hay bajo el auto? Los colores Verde amarillento, azul, y anaranjado pueden evidenciar un motor recalentado o una pérdida de refrigerante. Entonces, podría tratarse de un radiador pinchado o una bomba de agua en necesidad de reparos. Si éste es el problema, debes ir al taller mecánico inmediatamente.
Una mancha de fluido marrón oscura o negra puede indicar que el motor está perdiendo aceite. Posiblemente, una junta defectuosa sea el motivo de la disfunción. El arreglo de este desperfecto puede ser muy costoso, por lo que debes buscar un mecánico de confianza y reputación para que se encargue de la reparación.
Por otra parte, si la mancha de fluido es roja, con características aceitosas, podrías estar frente a una pérdida de líquido de transmisión o dirección. Sin dudas, otro motivo para acudir al taller mecánico.
Si el líquido es claro, usualmente será a causa de la condensación normal del sistema de aire acondicionado del vehículo. En este punto, no hay signos suficientes como para preocuparse.
Finalmente, si ves un humo delgado saliendo de alguna de las ruedas, puedes tener un freno atascado. Llama de inmediato al remolque. El humo, proveniente de cualquier lugar del auto, hace visible la necesidad de reparaciones.
Mecánica del auto a través del olfato
El olfato, también puede detectar los problemas de tu caro. El olor a tostadas quemadas puede ser signo de un corto eléctrico y del aislamiento quemándose. Llama a un mecánico (especializado en electricidad, en lo posible) para que observe el vehículo. No te arriesgues a manejar.
El olor a huevo podrido, por su parte, está indicando un problema en el convertidor catalítico. Tu automóvil necesitará la ayuda de un profesional tan rápido como sea posible.
¿Sientes un olor espeso y penetrante, como a aceite quemado? En primer lugar, mira debajo del auto para ver si hay manchas de fluidos. Asimismo, podría tratarse de una humareda azulada saliendo de tu auto. Este problema amerita la revisión de un especialista inmediatamente.
El olor a gas después de un intento fallido de arranque podría significar que el motor está ahogado. Espera algunos minutos y vuelve a intentarlo. Si continúas percibiendo ese olor a gas, podrías estar ante una grieta en el sistema de combustible; avería que requiere de inmediata revisión y reparación.
¿Y qué es ese olor dulce? Podría tratarse de una pérdida de refrigerante. Mirando el medidor de temperatura y la luz testigo, maneja hacia el taller mecánico. Ahora, si ves un vaho de vapor saliendo del capó, apaga el motor y comienza a empujar.
Definitivamente, no puedes seguir manejando un vehículo recalentado. El motor podría sufrir averías terminales. Llama al camión grúa o al servicio de asistencia de tu seguro automotor.
La regla básica del olfato: siempre que percibas un olor fuera de lo común, ve al mecánico o llámalo para que venga a ver el auto.
Sigue estas simples guías, mantén los ojos y la nariz atentos, y evitarás el perjuicio económico que suelen causar los grandes desperfectos mecánicos.
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