Se
basa en la capacidad de reacción del organismo ante los productos
administrados, y a su selectividad para transportarlos hasta los tejidos de los
órganos con deficiencias estructurales y funcionales.
Todos los hidrolizados son administrados por vía oral, y sus principios básicos
son absorbidos por la
mucosa intestinal.
Se utilizan como soporte terapéutico, con la finalidad de ampliar y profundizar
la acción de otras medicaciones, ya sea mejorando el terreno bioquímico de las células, ya sea coordinando el
metabolismo celular para que los catalizadores naturales cumplan una óptima
función.
Carecen de contraindicaciones y de efectos colaterales o secundarios, y como no
presenta antagonismos, se pueden combinar con todo tipo de medicación.
Los éxitos terapéuticos, se atribuyen a la capacidad de reacción del
organismo, y se subrayan los efectos dinamizantes, reconstituyentes y
coordinadores del metabolismo en general, y fundamentalmente a nivel del órgano
o tejido homólogos del paciente respecto al del donante.
Los hidrolizados pueden ser de dos tipos: los simples, provenientes de un solo
tipo de órgano o tejido, y los complejos: en los que se administran varios
tipos distintos de tejidos simultáneamente (polivalentes).