La llegada de un nuevo integrante en la familia, siempre resulta movilizante para el grupo familiar y en especial para el primogénito. Desde su mundo interno surgen ciertos cuestionamientos que hacen referencia al lugar que se le asignará al nuevo integrante.
Siente que “su lugar” será desplazado.
Conductas en el niño ante el nacimiento de un hermanito
Es común que ante la noticia de la llegada de un hermanito o luego de su nacimiento, el niño muestre en su comportamiento, ciertas conductas regresivas, querer “volver a ser bebé”, para de esta forma recuperar supuestamente su lugar perdido. Ejemplo: volver a hacerse pis, querer tomar nuevamente mamadera o usar chupete.
También puede llamar la atención con berrinches, peleas con amigos, pesadillas, trastornos en la alimentación, etc.
Son todas maneras de demostrar los celos por medio de actos, sin mediación de la palabra.
Con respecto a estas reacciones, es decisiva la respuesta dada por los padres: no darles demasiada importancia y tener en cuenta que son “pasajeras”.
Afirmarle su lugar ayudará al niño, incorporarlo a la idea de tener un hermanito, que ayude con los preparativos o cuidados del bebé en la medida que al niño le interese, hacerse tiempo para estar a solas con él, que sienta que no ha perdido protagonismo y el amor de sus papás.
Vínculo fraternal
Este es un vínculo a construir, no es algo dado naturalmente por tener uno o ambos padres en común.
A partir de cómo los padres transmiten la llegada del nuevo integrante, ya se van a ir estableciendo los vínculos fraternos.
La rivalidad entre hermanos es natural e inevitable, conviviendo íntimamente sentimientos agresivos y amorosos.
El ser humano muestra esencialmente un comportamiento egoísta con las personas en las cuales transfiere su amor, poco a poco va renunciando a su uso exclusivo, accediendo a tolerar ciertas pérdidas y frustraciones.
Hay que tener en cuenta que esta relación ayuda al niño a relacionarse con sus pares y con el tiempo, a medida que van creciendo, se va superando la rivalidad, dando paso a una mayor unión y amistad.
Preparación ante la llegada de un hermanito
Nuevos Interrogantes
La llegada de un hermanito, dispara nuevos interrogantes en el niño, que hacen a su maduración y crecimiento.
Preguntas acerca de las diferencias sexuales: a las funciones de lo masculino y femenino. Algunas respuestas que solemos escuchar son: “papá tiene panza porque está gordo, mamá tiene un bebé”.
Surgen también preguntas sobre el origen de la vida: ¿Cómo se tienen los bebés? ¿Por donde salen? ¿Cómo se hacen?
Preguntas que no deben ser obturadas ya que estimulan las ansias de saber y la curiosidad en el niño, imprescindibles para la incorporación del conocimiento.
Una Transmisión
Es importante el mensaje que se le transmite al niño, si ese hermanito fue deseado, si los papás están felices por su llegada. No “disimular” el amor y afecto hacia el bebé, ayudará a otorgarle valor al dar y recibir.
Es tarea de los padres, fomentar en el hogar el compartir y no el competir, aprender a respetar las diferencias de uno y otro, no hacer comparaciones ya que cada uno tiene sus tiempos, predilecciones y deseos particulares.
Lo que hace a la diferencia y particularidad, es posibilitador y no coagulatorio.
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