Burnout (Quemar, agotar el combustible). Desde el punto de vista psicológico, es el desgaste físico o emocional de un individuo, como resultado del stress sufrido por un largo periodo de tiempo.
Este síndrome ha sido familiarizado recientemente como una entidad clínica legitima. Se ha observado mas frecuentemente en el campo medico (Doctores, Dentistas, enfermeras, y otros profesionales de la salud) y también en el campo de la educación (Profesors y profesores tanto de educación media como universitarios) y en otras profesiones donde el cliente primario es una persona.
El criterio de diagnosis incluye:
1) Desgaste emocional
2) Despersonalización
3) Disminución de la contribución auto percibida
La persona que lo sufre tradicionalmente es el trabajador que realiza sus actividades generalmente bien, inmaculadas, con errores mínimos y con buenas relaciones con sus colegas. A menudo se presenta con discusiones con los jefes o superiores en el desempeño de sus obligaciones.
Las quejas incluyen lentitud, fatiga, resentimiento, frustración, pérdida de confidencia, abandono, evitar el lugar de trabajo o a los compañeros.
Todo esto se puede sumarizar bajo la rubrica de afectividad negativa de depresión y ansiedad. Recientes estudios han mostrado que tales sentimientos podrían también compartirse por algunos principiantes en las profesiones.
La mayor incidencia del Síndrome de Burnout se atribuye a un cambio socio-económico o inclusive al sistema político. Al llegar las represiones físicas muchos de los “viejos” en el sistema se sienten afligidos con el desplazamiento.
Sin embargo el eje principal del síndrome es la ambivalencia, el sentido de traición y resentimiento.
Tomando por ejemplo un profesor de Arte que se encuentra en los cincuentas. El creció en el auge de los fundamentos del conocimiento humano y su meta fueron las artes.
Estuvo en la época de “No a la guerra” y en la lucha por los ideales puros de la humanidad. El escogió su trabajo dentro de su elección interior de entregar su conocimiento a las nuevas generaciones. Es decir eligió ser profesor universitario.
Con los cambios socio-económicos y el desarrollo de la política actual, las artes en cierta manera pasan a segundo término, sin un valor real en apariencia irrelevante.
Nuestro profesor no solamente es aislado por la nueva generación, sino que todo su conocimiento se vuelve irrelevante. Su trabajo puede ser censurado y sus alumnos pueden considerarlo fuera de época.
Esta es la ambivalencia en cuestión. Mientras que su posición en el trabajo se vuelve débil, las quejas de los alumnos son frívolas, al mismo tiempo su jefe o jefes se vuelven indiferentes.
Esta es la base del Síndrome de Burnout, nuestro profesor se siente emocionalmente exhausto, enseñando su curso sin mucha espontaneidad (despersonalización), se siente inútil.
Por Carlos De la Garza Benitez
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