La tan mentada liberación femenina, hace que ganemos espacios pero sin delegar los anteriores. Resultado…stress, histeria, deseo ferviente que los días duren 48hs. y las horas 120 min.
Aún así, ¿nos alcanzaría? mmmm….Pero bueno, tanta ocupación no debe hacernos olvidar que la competencia es feroz y hay que estar espléndidas.
Para ello las nuevas técnicas de tratamiento tienden a maximizar resultados en tiempos acotados.
Un ejemplo de estos tratamientos es el de Velo de Colágeno potencializado con Drenaje Linfático Manual.
El velo de colágeno se presenta como una tela fina con la particularidad de adherirse como una segunda
piel.
Con el aporte de sustancias biológicas que impregnan esta "tela” se logra hidratar, reafirmar y regenerar la piel.
El drenaje linfático consta de una serie de maniobras que actúan sobre el tejido conjuntivo, liberándolo de desechos y toxinas y así logrando su depuración.
La piel debe ser preparada a fin de lograr la mejor penetración de los productos. La preparación consta de una limpieza, pulido, en caso de pieles muy engrosadas deberán realizarse previamente
exfoliaciones o peelings o aplicaciones domiciliarias de acido glicólico, AHA u otros.
Luego del pulido se aplicarán lociones o ampollas con distintas maniobras estimulantes.
A partir de esto se coloca el velo de manera prolija y minuciosa embebiendo con extractos tisulares y se comenzará el drenaje que consta de maniobras muy delicadas que imitan el funcionamiento de la red linfática, reforzando estas maniobras en las zonas de mayor necesidad.
Finalizado el masaje se retira la máscara de colágeno y se realizan tecleos hasta la total absorción de los elementos humectantes.
La sesión termina con la aplicación de una crema protectora.
La cosmetóloga será la encargada de evaluar la necesidad de repetir el tratamiento, con qué frecuencia y si es necesario programar sesiones de apoyo.