Respeto a la Naturaleza, la base de un jardín japonés

Existen ciertos principios intrínsecos que todos debemos comprender para capturar con éxito el espíritu de un jardín japonés. Aquí te los presentamos...

Principalmente, reconocer el concepto de que la naturaleza es un ideal por el que vale la pena esforzarse. En ese sentido, puedes idealizarla, e incluso simbolizarla, pero nunca debes crear algo que ella no pueda hacer por sus propios medios. 

Por ejemplo, nunca encontrarás un estanque cuadrado en una zona silvestre, así que no pongas uno en tu jardín. Ciertamente, podrías utilizar una cascada, pero no una fuente. Otro punto clave a recordar es el equilibrio, o sumi. Siempre debes tratar de crear grandes paisajes, incluso cuando dispongas del más pequeño de los espacios.  

Ese hermoso pedrusco de nueve toneladas mira directo a la casa desde el jardín de 50  x 50 metros, pero ¿qué efecto tendría en un patio de 10 x 10? Tendría toda la gracia y sutileza que tendría un caballo en un closet. La moraleja: escoge tus componentes con mucho cuidado. 

Las rocas pueden representar montañas completas, y las piscinas se convierten en lagos. Un montón de arena rastrillada se puede convertir en un océano entero. La frase “menos es más” fue seguramente dicha por primera vez por un maestro de la jardinería japonesa. 

Elementos de tiempo y espacio 

Una de las primeras cosas que llama la atención de los ojos orientales que se disponen a contemplar un jardín japonés es el “vacío” de proporciones del mismo. Esto resulta inquietante, sobre todo para jardineros acostumbrados a llenar cada espacio del jardín con amotinamiento de colores, pero es el elemento clave en el diseño de jardines japoneses.  

Este espacio, o ma, define los elementos que lo rodean, y es asimismo definido por los elementos alrededor de él. Es el verdadero espíritu de in y yo, que muchos de nosotros conocemos con las palabras chinas yin y yang. Sin la nada no es posible tener algo. Este es un punto difícil de entender, pero es el principio central de la jardinería japonesa. 

Otro punto clave a considerar es el concepto de wabi y sabi. Como ocurre con muchas palabras japonesas, no hay traducción que podamos aplicar. Wabi puede denotar algo único, o el espíritu de algo; lo más cerca que podemos llegar de una traducción literal es “solitario”.  

Sabi define el tiempo o la imagen ideal de algo; la definición más cercana podría ser “pátina”. Mientras un farol de cemento puede ser único en su tipo, carece de esa imagen ideal. Una roca puede ser vieja y cubierta con líquenes, pero si sólo es un canto rodado no tiene wabi. Debemos luchar para encontrar ese equilibrio. 

Ambos conceptos –de ma y wabi/sabi- tienen que ver con el tiempo y el espacio. Donde el jardín es nuestro espacio, el tiempo es apropiadamente presentado por las estaciones cambiantes. A diferencia del jardinero occidental -quien abandona el jardín desde el otoño y no vuelve a aparecer hasta la primavera- el jardinero japonés visita asiduamente y aprecia su jardín en todas las estaciones. 

En primavera puedes deleitarte en el verde brillante de los nuevos capullos y las flores de las azaleas. En verano, tienes la posibilidad de apreciar los contrastes del exuberante follaje pintado sobre frescas sombras y el salpicado de koi en el estanque. El otoño arranca los colores brillantes de las hojas moribundas mientras caen en el silencio mortal del invierno; el jardín enterrado bajo un velo de nieve… 

Los inviernos, en Japón, son una estación tan apropiada para la jardinería como las primaveras. Los japoneses hacen referencia a la nieve apilada en las ramas de los árboles como sekku, o flores de nieve. Asimismo, hay un farol, conocido como yukimi, que es conocido como el farol para visualizar la nieve.  

Incluso, esta estación, que representa la muerte del jardín, es vital para el jardinero japonés, mientras el jardinero occidental se enfurruña hasta la primavera. Quizás se trata de la aceptación oriental de la muerte como un componente necesario del ciclo de vida -¿o es el miedo del occidental a la muerte?- que diferencia a los dos jardineros. 

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