Vuelves del trabajo, te tiras en el sillón un rato, te sacas los zapatos y con los ojos cerrados te apoyas en el respaldo y te olvidas de los problemas del día. Permaneces en un agradable estado de inconsciencia hasta que recuerdas que tienes una reunión con tus amigas de la oficina.
Te incorporas sobresaltada, y cuando te diriges hacia el guardarropa, notas que no tienes más ropa que la que usas para ir a trabajar. ¿Y ahora qué?
Cuando los días se van haciendo más cortos, el calendario se llena de eventos, y los catálogos comienzan a llegar de a montones a tu correo, ha llegado el momento de pensar en tu vestimenta “after hour”. Si comienzas a comprar temprano, no sólo conseguirás mayor variedad y mejores precios, sino que estarás lista para lucir espléndida cuando lleguen esas salidas inesperadas.
Si nunca has pensado demasiado en tu guardarropa “post trabajo”, es muy posible que te hayan tomado desprevenida en más de una ocasión.
Ya sea que te encuentres con una invitación de último momento, que te haga salir corriendo desesperadamente a las tiendas en busca de lo primero que te parezca agradable -y vaya con tu bolsillo-, o te encuentres caminando por la calle, luciendo no muy bien, y te encuentres con alguien conocido; ninguna de las dos situaciones hará mucho por tu autoestima.
¿Quieres algunas palabras de consejo? Definitivamente, necesitas hacer algo con tu guardarropa de tiempo libre. ¿Y qué es hacer algo?
Por ejemplo, puedes hacer un plan, confeccionar un presupuesto, y ordenar tu guardarropa. De esta manera, tendrás una cosa menos en que pensar cuando los días comiencen a acortarse y, en consecuencia, también tu tiempo libre.
Cómo hacerlo:
· Confecciona una lista de tus actividades fuera del trabajo
Si tus noches y fines de semana consisten, en su mayor parte, en limpiar la casa, comprar víveres, pasear al perro, o mirar una película rentada en el club de video del barrio, entonces tu ropa de tiempo libre no requiere demasiado escrutinio.
Pero si eres una persona activa, que constantemente corre detrás de sus niños, y estás trabajando duro para trepar en la montaña de la escala social, o lo que sea, entonces necesitarás un guardarropa recreativo que puedas manejar con facilidad.
Comienza haciendo una lista de los tipos de actividades que, normalmente, llevas a cabo a esta altura del año. Echa un vistazo a tu calendario para ver qué eventos hay en agenda. Si crees que puede ser útil, observa el calendario del año pasado –si aún lo conservas-, para ver qué tipo de actividades tuvieron lugar el año pasado. Esto debería darte una buena idea de lo que ocurrirá esta temporada.
· Observa lo que ya tienes
Una vez que hayas identificado lo que estarás haciendo, revisa para ver cómo se compone tu guardarropa. Si tienes un gran surtido de básicos (estilos clásicos en colores neutrales) en buena condición, podrías descubrir que no necesitas mucho después de todo.
Sin embargo, si tienes dos camisetas con agujeros y un par de jeans tan gastados que dentro de poco dejarán ver tus rodillas, entonces habrá llegado el momento de añadir algo a tu guardarropa after hour. Si compras con astucia y detenimiento, no gastarás demasiado.
· Junta algunas cápsulas
Si eres como la mayoría de las mujeres, posiblemente tu guardarropa se componga de un montón de colores prácticos. Éstos pueden ser negro, blanco, azul y rojo, por ejemplo, o marrón, beige, marfil y óxido.
Dado que con frecuencia nos sentimos atraídas a los colores que nos sientan mejor, solemos reflejar nuestros gustos en el guardarropa. Aunque si las cosas están un poco desordenadas, es factible que no llegues a darte cuenta de esto.
En primer lugar, ve a tu guardarropa y junta todos los ítems iguales: todas las chaquetas, todos los pantalones, todas las polleras, todos los vestidos, todos los sweaters, todas las chombas, todas las remeras, etcétera. Separa también aquellos conjuntos de probada versatilidad y ponlos como piezas individuales.
A continuación, experimenta con diferentes combinaciones. Toma el saco de lana, por ejemplo, y combínalo con esos pantalones de pana blancos. O prueba con el chaleco de tu vestido marrón y combínalo con tu pollera de tela vaquera. Desabrocha tu yérsey y úsalo como un chaleco sobre un sweater de cuello alto y unos jeans.
Coordina tus colores de modo que combinen con las nuevas variaciones de moda. Escribe estas combinaciones a modo de rápida referencia para el futuro.
· Detecta qué está faltando
Con frecuencia, nos acostumbramos a usar los mismos tops con las mismas partes superiores, o las mismas chaquetas con las mismas polleras, y olvidamos que las piezas individuales tienen mucha más utilidad de las que les hemos dado.
Con un poco de imaginación y algo de experimentación, podrías sorprenderte de las posibilidades que ofrecen las prendas que están en tu guardarropa.
Pero entonces una vez más, podría ocurrir que te encuentras en falta de ciertas piezas clave, como un sweater, unos pantalones, o lo que sea. Si agregar una pollera de jean te proporciona cinco conjuntos más, por ejemplo, o si agregar un par de yerseys de cuello alto te ofrece un sinfín de combinaciones, entonces será aquí donde necesitas gastar tu dinero.
Compra las prendas que te ofrezcan mayor versatilidad; evita aquellas que sólo pueden ser usadas en una forma. A decir verdad, cada vez que consideres comprar algo, la pregunta clave que debes hacerte es:
“¿Puedo combinar esta prenda, al menos, con otras tres que ya están en mi guardarropa?” Si la respuesta es negativa, deja la prenda en el estante y compra algo que responda afirmativamente.
· Agrega las prendas de mayor impacto primero
Si descubres que necesitas más ítems de los que tu presupuesto puede afrontar por el momento, identifica las prendas que te ofrecerán mayor flexibilidad, en un principio, y cómpralas.
Podría tratarse de un par de medias o una remera. Podría ser un yérsey o un saco. Cualquiera sea la prenda, procura que tenga un impacto sólido en tu guardarropa. Por último, recuerda siempre comprar la mejor calidad que permita tu bolsillo.
· Mantente apegado a tu presupuesto
La forma más fácil de respetar tu presupuesto es llevar el efectivo a las tiendas y dejar las tarjetas de crédito en casa. Cuando sabes que sólo dispones de una determinada cantidad de dinero, debes medir tus compras muy cuidadosamente. Y recuerda que el impulso de comprar desmedidamente siempre está acechando a tu lado.
Si mantienes la simpleza en tu guardarropa “after hour” y evitas el alboroto, no sólo lucirás bien, sino que te evitarás esos dolores de cabeza que aparecen cuando surge algo inesperado y debes arreglarte en cuestión de minutos.
Ahora, no entrarás en pánico cuando suene el teléfono y alguien te invite a salir. Tampoco te sentirás mortificada cuando te encuentres con una persona inesperada en la calle, ya que lucirás espléndida. Sólo es cuestión de mantener el guardarropa en orden y anticiparte a tus necesidades.
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