El ser humano es un animal gregario, necesita interrelacionarse con los demás y con su entorno. Dentro de las relaciones interpersonales, podemos abrir un apartado aparte a las relaciones de pareja.
Nos encontramos en numerosas ocasiones en la consulta, personas afectadas psicológicamente por una ruptura, por ser incapaces de encontrar la estabilidad en sus relaciones, porque se enganchan a sus parejas creando modelos adictivos de relación, por ser incapaces de iniciar una relación por el miedo que esto le genera…
En nuestras relaciones interpersonales, influyen nuestras experiencias pasadas y las presentes. En consecuencia, percibimos los acontecimientos nuevos de igual modo que los viejos: si he fracasado en la mayoría de mis relaciones, si me he enganchado a mis parejas anulándome como persona, si tengo constantes conflictos en mi relación…
En estos casos, al enfrentarnos a una situación similar, me volverán a aparecer los mismos miedos que las veces anteriores.
Existen diferentes variables que nos afectan tanto para la elección de la pareja, como para el afrontamiento de los problemas que se generan de ésta.
En ocasiones, esta información que determina las relaciones que pueda tener una persona y la manera que tiene de enfrentarse a los conflictos, le pasan totalmente desapercibidos.
El primer paso para poder resolver con eficacia una situación conflictiva consiste en conocer cada factor y darse cuenta de hasta que punto puede influir en la relación de pareja. El conocimiento es el primer paso para el cambio y la solución de conflictos.
CONFLICTOS DE PAREJA
Aparecen cuando en los 2 miembros existen dos motivaciones de carácter opuesto pero de igual intensidad.
Son la base de los malos entendidos de la relación de pareja y son con mucho, los causantes de la insatisfacción, frustración y debilitamiento y hasta perdida de la pareja si no están bien resueltos.
Hay algunas áreas de conflicto que aparecen más constantemente, como por ejemplo la repartición de las tareas de hogar, que provocan discusiones y situaciones desagradables pero que generalmente no dan lugar a la ruptura.
Existen otras fuentes de conflicto que tiene como base aspectos más profundos propios de la pareja y son éstos los que sí pueden generar problemas más graves.
Estos derivan del desacuerdo en la manera de percibir la intimidad, el grado de compromiso y la pasión.
Mantener la satisfacción en la relación de pareja requiere un gran esfuerzo por ambas partes así como la utilización de ciertas habilidades que ayuden al buen funcionamiento de la misma (comunicación, respeto, complicidad, pasión…).
COMUNICACIÓN
Es casi innecesario mencionar que una buena comunicación es la base de una relación de pareja satisfactoria. La comunicación no siempre es verbal ya que la pareja también se mira, se toca, se sonríe (comunicación no verbal).
Ante una situación en la que queramos comunicar algo, la manera o forma de emitirlo, el cómo lo reciba el otro y el contenido de este mensaje son fundamentales.
Así, nos encontramos con diferentes maneras de comunicarnos y algunas de ellas no son precisamente positivas.
La coerción”: se trata de una manera de comunicación donde tan solo se tienen en cuenta nuestras propias necesidades haciendo al otro la vida muy difícil en el sentido de que no se tienen en cuenta sus necesidades e intentando conseguir la sumisión o anulación del otro.
Esto es así porque el miembro de la pareja que cede lo hace no porque considere que el otro tiene razón sino para evitar la discusión y amenazas.
En conclusión: para escapar de un conflicto. Respuestas emocionales negativas”: “son aquellas palabras, gestos, acciones etc., que se experimentan como desagradables: gritos, amenazas, humillaciones, sarcasmos…y que en numerables ocasiones es lo que mantiene fundamentalmente unida a una pareja.
Entre las maneras o formas positivas de comunicarnos nos encontramos según Liberman: Expresiones verbales: cumplidos, halagos, palabras cariñosas, piropos…Comportamientos de afecto: hacer una caricia, coger de la mano, rozar la mejilla…
Acciones que hacen que la vida para su pareja sea más fácil o agradable: intentar no hacer ruido despertarle, preparar una comida que le guste, hacer un regalo…
OCIO Y TIEMPO LIBRE
Uno de los conflictos más frecuentes en las relaciones de pareja es la diferente perspectiva de ambos miembros para organizar su tiempo libre y sus actividades sociales.
Pudiera ser que ambos se hayan dejado llevar por la rutina cotidiana, embargados por sus respectivos trabajos y quehaceres diarios y que hayan olvidado cómo divertirse.
O bien porque cada uno busca su propia diversión independientemente de su pareja y/o al revés: se pasan la vida juntos y no se relacionan con nadie más.
También suele ocurrir en parejas jóvenes que al tener un hijo, el punto de vista sobre cómo organizar las actividades sociales es diferente, ya que un miembro de la pareja puede querer centrarse únicamente en el cuidado del niño (dejando el área social de lado) y el otro demanda intentar planificar un tiempo propio de la pareja.
Sea como fuere, la persona como individuo independiente tiene sus propias necesidades y es difícil adaptarlas y compaginarlas con tu pareja.
Por ejemplo: si yo tengo la necesidad de quedarme en casa los fines de semana porque realmente me apetece y disfruto de ello, ésto no me genera ningún problema, es más, me produce felicidad.
Pero como persona independiente. Ahora bien, si mantengo una relación de pareja donde el otro necesita y disfruta saliendo los fines de semana y a mí no me apetece, aparece un conflicto de intereses.
La manera de solucionar este conflicto y la importancia o relevancia que la pareja le otorgue, va a depender de los recursos emocionales, de comunicación, de empatía… de cada uno de los miembros
INFIDELIDAD
En una relación de pareja no influyen sólo los factores internos de la misma (habilidades de comunicación, expectativas de futuro, compromiso…), también hay factores externos que la influyen directamente: estrés laboral y personal de cada uno de los miembros, la rutina, problemas relacionados con el ambiente como familia y amigos.
En estos momentos donde la relación pudiera estar más baja a nivel emocional, por esta serie de conflictos externos e internos de la propia pareja es cuando la pareja está más vulnerable (más probabilidad de que ocurran cosas negativas).
Es esta vulnerabilidad la que puede desencadenar que entre otra persona en la relación y aparezca entonces la infidelidad
CELOS
Los celos sanos suponen el preocuparse por el miedo a perder a la persona amada, porque tenga una relación real o imaginaria con alguien.
Los celos patológicos están acompañados de intensos sentimientos de inseguridad, auto-compasión, hostilidad y depresión y suelen ser destructivos para la relación.
En el caso de los celos hay mucha relación con la autoestima. Si yo me veo fuerte y seguro y tengo una autoestima alta, no dependeré de mi pareja esté siempre conmigo para sentirme bien ya que me sostengo solo, estoy lleno de otras muchas cosas.
Sin embargo, si mi autoestima es baja, me siento inseguro y la única manera de llenarme de seguridad es que mi pareja esté únicamente conmigo, optaré por presionarla y depender de esta exclusividad para sentirme lleno.
Los celos se basan en creencia irracionales : si yo pienso “mi pareja no puede dejarme nunca porque sabe que si lo hace, me producirá mucho dolor, por lo cual, sería una mala persona”, estoy utilizando un pensamiento irracional.
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