· Mito 1: Mi bebé se desvela a causa de los gases
La causa más común por la que los bebés más grandes se despiertan y no pueden volver a conciliar el sueño es porque carecen de métodos propios para calmarse.
Así, cuando se despiertan, ya no encuentran la forma de recuperar la calma necesaria para dormir.
· Mito 2: Mi bebé se despierta porque tiene hambre
Al igual que los adultos, los bebés tienen que comer cuando sienten hambre. Un bebé pedirá ser amamantado porque es la única forma que conoce para recuperar la calma y volver a dormir.
· Mito 3: Mi bebé es de dormir mal
Sin darnos cuenta, entrenamos a nuestros bebés para que duerman mal, al no dotarlos de las habilidades que necesitan para experimentar un sueño profundo.
· Mito 4: El arroz antes de dormir hará que tu bebé duerma más tiempo
El hambre, comúnmente, no es la causa de los problemas de sueño en los bebés mayores de 3 ó 4 meses.
· Mito 5: El llanto daña la psiquis del bebé
Todos hemos conocido padres que deciden reprimir el llanto en el niño y otros que le dejan desahogarse sin mayores problemas.
¿Es posible encontrar una diferencia intelectual, psicológica o emocional entre ambos grupos de niños? Definitivamente, no.
· Mito 6: Es más fácil enseñar a dormir a un bebé adulto
Mientras más tiempo sea reforzado el hábito, más difícil será de romper.
· Mito 7: La dentición interrumpe el sueño
Si bien esto puede ser cierto en algunas ocasiones, la dentición suele tener una reputación mucho peor de la que merece.
· Mito 8: Los problemas del sueño mejoran con el tiempo
Sin la ayuda de sus padres, la gran mayoría de los bebés dormirán peor —no mejor— con el tiempo. Los problemas del sueño, simplemente, no desaparecen por arte de magia.
Según encuestas recientes, dos tercios de los niños de hasta diez años experimentan problemas frecuentes del sueño.
· Mito 9: Los bebés dormirán lo que necesiten
¡Cuánto más fácil sería para los padres de ser esto cierto! Los bebés resisten al sueño al igual que dos magnetos de misma carga se repelen. Los padres deben asegurarse que los bebés duerman lo suficiente.
· Mito 10: No hay nada de malo en despertarme junto al bebé, mientras esté dispuesta a hacerlo
Si desarrollas malos hábitos del sueño, corres el riesgo de transmitir este problema a tu hijo, quien, a su vez, podría desarrollar problemas del sueño que persistan durante los años preescolares.
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