Variantes del amor: 10 reglas básicas a conocer antes de hacerlo

Escriben muchachas y varones interesados en saber sobre el coito anal: ¿daña? ¿es tan normal como el coito vaginal? ¿debo complacer a mi novio que quiere? ¿es una forma peligrosa de adquirir una ITS, el VIH/Sida? Veamos este asunto que merece especial atención

De acuerdo a la correspondencia, las parejas heterosexuales se van interesando por la práctica del coito anal, de una manera informada.

Dayana en su carta, así lo afirma: “Yo no quiero tener ese tipo de sexo sin antes saber sus consecuencias.”

Esta lectora actúa de manera responsable; esto es bueno y saludable para ella y su novio. Demuestra el interés por una cultura sexual de la que ya mucha gente se va apropiando o cada día está más motivada.  

Aunque el coito anal es una variante muy utilizada entre las maneras de hacer el amor entre cubanos y cubanas, algunas personas que lo practican lo hacen sin medir consecuencias; otras, toman cierta precaución, pero no poseen los conocimientos básicos para hacer de esta práctica un acto sano, que no cause daño a la salud.  

Por esta razón, JR se interesa por  brindar la información sobre este tema, que si bien tiene igual cantidad de defensores como detractores entre las parejas heterosexuales, es importante conocer al menos  el ABC de una práctica, tan antigua como el ser humano pero que, hoy por hoy, la responsabilidad y la cordura se imponen,  con el propósito  de evitar complicaciones, enfermedades y otros males relacionados, como puede ser cuando una mujer es obligada por su pareja a este tipo de unión sexual. 

La presión, ya sea de manera cariñosa o forzada, imprime un sello de violencia y esto,  ya de por sí, es perjudicial.  

Otros cuidados y observaciones, que desglosamos en diez reglas básicas, suponen una enseñanza a tener en cuenta para evitar cualquier tipo de daño.  

Estas reglas son las siguientes:    

1.- No insertar en esa zona ningún objeto de vidrio o con algún tipo de punta o filo que pueda lastimar, cortar o provocar una herida severa. 

2.- Es una zona que debe ser tocada o estimulada muy suavemente. El método oral-anal, debe practicarse después del baño, con una gran higiene, en el caso de las parejas mutuamente fiel, en la que ambos están de acuerdo.  

En el caso de parejas ocasionales, no es recomendable este tipo de juego erótico, y si se decidieran, deben hacerlo usando una protección como barrera, que puede ser un condón cortado en forma de lámina.   

El método oral-anal se conoce popularmente como Rimming, en muchas partes del mundo. La idea como tal le disgusta a algunas personas. Otras disfrutan practicándolo o permitiéndose a sí mismos esta manera especial de estimulación anal. 

3. El coito anal resulta doloroso, siempre y cuando la persona no está preparada para ello.  Lo mismo que  en cualquier parte del cuerpo, el dolor indica que algo está mal.

Así también ocurre en el área anal.   Con su alta concentración de terminales nerviosas, el ano puede producir dolor extremo cuando es maltratado.  

Cuando un dedo, objeto rolo o pene se introduce en el ano, los músculos anales se contraen, enfrentando como una especie de  invasión extraña.

Esta es una reacción inconciente. Se producirá dolor si la pareja no espera que estos músculos se relajen. En el caso de penetración, debe ser muy cuidadosa y suave, de manera que pueda ser placentera,  si realmente hay deseo, sino, debe ser  interrumpida.

Recordemos que el placer  provisto por este tipo de actividad sexual, está íntimamente vinculado a la ausencia de malestar o dolor.  

4. El placer anal máximo,  requiere la eliminación de todo dolor o traumatismo físico.  La autoprotección por parte de la pareja pasiva involucra decir “no” hasta estar lista para proceder.

El “estar lista” es una combinación de relajación física, usualmente ayudada por muchas caricias, para lograr la excitación, y sobre todo mantener el deseo.  

5. Sólo el suficiente deseo no necesariamente garantiza un coito anal placentero. Hace falta una pareja hábil y suficientemente entrenada, capaz de esperar  que llegue el momento propicio. 

Violar esta regla, ha traído como consecuencia para algunas personas, no volver a insistir nunca más  en esta práctica.  

6. Si una persona padece de estreñimiento o hemorroides, debe abstenerse de  este tipo de relación.  

7. Si bien el ano es considerado una zona erógena, capaz de provocar mucho placer, se necesita concentración, interés y deseo personal, de otra forma, no funciona como disparador de goces.

Es oportuno comentar que dos anillos musculares llamados esfínteres rodean el orificio anal y cada uno funciona  independientemente.  

El esfínter externo es controlado por el sistema nervioso central, como los músculos de la mano, por ejemplo. Se puede tensar y relajar este esfínter cuando se desee.

El esfínter interno es muy diferente. Este músculo es controlado por el sistema nervioso autónomo, el cual gobierna funciones como los latidos del corazón y la respuesta al estrés.

El esfínter interno refleja y responde al temor y la ansiedad durante las prácticas anales. Estos causarán que el ano se tense automáticamente, aún si la pareja pasiva está tratando de relajarse.

Por ello, preguntar a menudo  si se mantiene el interés por continuar, resulta esencial en este caso.  

8. El placer anal puede ser tanto psicológico como físico. El tabú del coito anal se agrega a la emoción de lo prohibido.

Otras personas consideran al ano como un lugar secreto y especial. Compartirlo con la pareja es un acto de apertura y entrega, cuando se está preparado e interesado en ello. 

9. Debe recordarse que la mayoría de las mujeres requieren,  a su vez, la estimulación directa del clítoris, para alcanzar el orgasmo. Según algunos estudios sobre el coito anal, pocas personas tienen orgasmos sólo con la estimulación anal o la penetración anal.

10. Una de las más importantes recomendaciones es la que viene a continuación. Debe usarse siempre condón en este tipo de juego erótico para evitar cualquier posibilidad de contaminación, así como otro condón nuevo, en el caso que se realice, de inmediato, una penetración vaginal.

La penetración anal requiere de lubricante, particularmente que no contenga alcohol.   

Además de la higiene que supone este tipo de práctica, está la posibilidad de infectarse con el VIH/Sida, u otra infección de transmisión sexual.

Muchas personas se han infectado de VIH/Sida por prácticas anales desprotegidas. El VIH puede pasar del semen o sangre de una persona infectada al torrente sanguíneo de su pareja sana, a través de pequeñas fisuras en el tejido rectal durante el coito.

Para evitar este riesgo, el coito anal y el método oral-anal no deben practicarse de modo casual. Insistir en que aquellos que disfrutan del coito anal siempre deben usar condón, no es llover sobre mojado.

No se debe correr ni un solo riesgo, ni una sola vez hacerlo sin protección. El precio a pagar, puede ser muy alto.

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