Perros: ¿son peligrosos los huesos?

Formas de minimizar los riesgos relacionados al consumo de huesos crudos por parte de tu perro

Mi perro se tragó un hueso

En primer lugar, convengamos que la alimentación cruda es siempre la más apropiada para tu perro.

Según la mayoría de los profesionales, es la manera de alimentar a tu perro apropiadamente de acuerdo a lo que son biológicamente hablando: animales carnívoros.

La alimentación cruda consiste básicamente en carne, huesos carnosos y órganos de animales herbívoros, o sea, todo lo que comería tu perro si pudiese elegir su comida.

La alimentación cruda excluye cualquier tipo de comida comercial (empaquetada o enlatada) y también excluye los granos y/o cereales por ser alimentos no naturales para un carnívoro.

Sin embargo, a pesar de ser carnívoros, los perros ingieren toda clase de alimentos, incluso artículos no comestibles: basura, piedras, tampones, juguetes de plástico y cuero crudo.

En consecuencia, los perros suelen vomitar para expulsar estos objetos y, en ocasiones, cuando este mecanismo no funciona, necesitan la asistencia de un médico veterinario. Definitivamente, todos los que tenemos perros sabemos que esto es más que común.

Sin dudas, todos los veterinarios pueden contarte cientos de historias de perros que han ingerido objetos raros y que han necesitado atención médica inmediata.

En consecuencia, la pregunta es si los perros pueden morir por comer huesos crudos. Y la respuesta es: desde luego. Si pueden morir por comer todas las otras cosas, también podrían morir por comer huesos.

Existen riesgos, que pueden ser minimizados pero no evitados completamente. Toda actividad conlleva cierto riesgo, y solemos estar dispuestos a aceptar el riesgo cuando éste es mínimo en comparación a los beneficios implicados.

Y los alimentos crudos tienen grandes beneficios para los perros. Recuerda que nunca debes dar huesos cocinados a tu perro, ya que no serán bien digeridos y tienden a astillarse.

¿Un hueso de lujo para el perro?

Podemos ubicar a los huesos crudos en dos categorías: los huesos que forman parte de una comida y son consumidos enteramente —o casi por completo—, y los huesos utilizados como objetos recreativos —que son masticados, dejados, vueltos a masticar, dejados, y así sucesivamente—.
Lo que es hueso recreativo para un perro puede ser una comida para otro. Por lo tanto, la decisión de qué hueso dar a tu perro dependerá de la forma en que tu perro coma.

Si tu perro suele masticar meticulosamente su comida, siéntete cómodo para darle cualquier tipo de huesos, incluso aquellos que son bien grandes.  

Si tu perro come su hueso en un segundo o si es capaz de tragar las alitas de pollo de un solo bocado, será conveniente que intentes reprimir esta conducta sosteniendo un extremo de hueso mientras el animal muerde el otro.

Asimismo, si tienes varios perros, prueba dándoles de comer por separado, de modo que no se produzca una especie de competencia por quién come en mayor cantidad y más rápido.

Otra técnica es alimentar al perro con huesos crudos congelados o parcialmente congelados, ya que esto lo forzará a masticar un poco más.

Algunas personas golpean sus filetes con hueso con un martillo o una herramienta ablandadora.

Recuerda que moler la carne —junto al hueso— es también otra opción. Indudablemente, esto último eliminará todos los temores que puedas tener.

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